“Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deut. 4:29).
“ARREPENTÍOS Y CONVERTÍOS”
En el Nuevo Testamento, por supuesto, la idea del arrepentimiento es una constante. De hecho, Juan el Bautista comenzó su ministerio con el llamado al arrepentimiento.
Lee Mateo 3:1 al 8. ¿Cómo se presenta la idea de “regresar” en estos versículos? En otras palabras, ¿qué les dice Juan que hagan que refleja lo que encontramos en Deuteronomio? ¿Por qué sus palabras tendrían especial relevancia para los fariseos y los saduceos también?
Jesús también comenzó su ministerio con llamados al arrepentimiento.
Lee Marcos 1:15. ¿Qué dice Jesús y por qué relaciona el arrepentimiento con el evangelio?
Ya se trate de Juan hablando específicamente con los líderes religiosos o de Jesús con la nación en su conjunto, la idea es la misma. Somos pecadores, y –puesto que Cristo vino a salvar a los pecadores– debemos arrepentirnos de nuestros pecados. Ese arrepentimiento (sea un cristiano fiel que cae en el pecado, un apóstata, o un nuevo converso) incluirá un cambio de nuestras antiguas costumbres inconversas. Debemos reconocer nuestra pecaminosidad y, al expresar arrepentimiento por nuestros pecados (no solo por sus consecuencias), necesitamos tomar la decisión consciente de apartarnos de ellos. Confiando totalmente en los méritos de Jesús, necesitamos obedecer “fielmente la voz de Jehová tu Dios” (Deut. 15:5).
Algunos eruditos bíblicos consideran que el Nuevo Testamento re- fleja la idea de arrepentimiento expresada en Deuteronomio. Por ejemplo, cuando Pedro acusa a la nación de haber crucificado a Jesús, muchos “se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hech. 2:37). Es decir, al ser conscientes de su pecado, estaban apenados (“se compungieron de corazón”) y querían saber qué debían hacer ahora para estar bien con el Dios a quien habían ofendido.
¿No es esta prácticamente la misma situación con todos nosotros: pecadores que hemos ofendido a Dios?
Lee Hechos 2:38. ¿Cómo respondió Pedro a su pregunta y cómo revela este episodio el principio que está detrás del verdadero arrepentimiento?