“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (Heb. 8:1).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 7 de enero, 2022

A pesar de todas las verdades buenas y llenas de esperanza del libro de Hebreos, también hay una serie de advertencias que alcanzan su punto culminante en los capítulos 10 al 12. Estos capítulos tienen al menos dos elementos en común. En primer lugar, todos comparan a la generación del desierto con los lectores de Hebreos. En segundo lugar, nos exhortan a tener fe.

La generación del desierto fue la que vio el asombroso poder de Dios manifestado en señales y milagros en su liberación de Egipto. También escuchó a Dios pronunciar los Diez Mandamientos desde el monte Sinaí. Vieron la columna de fuego de noche y la nube protectora durante el día. Comieron maná, pan del cielo. También bebieron agua que brotaba de las rocas dondequiera que acampaban. Pero, cuando llegaron a la frontera de la Tierra Prometida, no pudieron confiar en Dios. Les faltó fe, que es la esencia de lo que Dios requiere. “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb. 11:6).

Pablo dice que nosotros, al igual que la generación del desierto, también estamos en la frontera de la Tierra Prometida (Heb. 10:37–39). No obstante, nuestros privilegios y responsabilidades son mayores. No escuchamos a Dios hablar desde el monte Sinaí, pero hemos visto a través de las Escrituras una mayor revelación de Dios en el monte Sion: Dios hecho carne, Jesucristo (Heb. 12:18-24). La pregunta es: ¿Tendremos fe? El autor nos anima a seguir el ejemplo de una gran lista de personajes, que culmina con Jesús mismo.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Hemos aprendido que Jesús es nuestro Defensor y que va delante de nosotros en la batalla contra el diablo. ¿Cómo podemos luchar juntos, unidos, como iglesia, detrás de nuestro Defensor? ¿Cuáles son esas cosas que impiden que se dé esta unidad? ¿Cuáles son las formas en que Satanás puede debilitarnos como iglesia? ¿Cómo debilitó Satanás a Israel en el pasado?
  2. Como creyentes, somos una comunidad de sacerdotes bajo la dirección de Dios. ¿De qué manera tu iglesia local puede ofrecer mejores sacrificios de alabanza y buenas obras a Dios? Sé específico y práctico.
  3. ¿En qué se asemeja nuestra situación a la situación de la generación del desierto justo antes de entrar en la Tierra Prometida? ¿Qué lecciones podemos aprender de estas similitudes?