“En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Heb. 1:2, 3).

DIOS NOS HA HABLADO POR EL HIJO

lunes 10 de enero, 2022

Lee Hebreos 1:1 al 4. ¿Cuál es la idea central de estos versículos?

Hebreos 1:1 al 4 es una sola –y extensa– oración en el griego original, y se ha argumentado que es la más hermosa de todo el Nuevo Testamento desde el punto de vista retórico y artístico. Su principal afirmación es que Dios nos ha hablado en su Hijo, Jesús.

Para muchos judíos del siglo I d.C., la palabra de Dios no se había escuchado durante mucho tiempo. La última revelación que se expresó en la palabra escrita de Dios había llegado a través del profeta Malaquías y los ministerios de Esdras y Nehemías cuatro siglos antes. Pero ahora, a través de Jesús, Dios les estaba hablando de nuevo.

No obstante, la revelación de Dios a través de Jesús era superior a la revelación que Dios había hecho a través de los profetas porque Jesús es un medio mayor de revelación. Él es Dios mismo, quien creó el cielo y la Tierra y gobierna el Universo. Para Pablo, la divinidad de Cristo nunca estuvo en duda. Se da por sentada.

Además, para Pablo, el Antiguo Testamento era la Palabra de Dios. El mismo Dios que habló en el pasado sigue hablando en el presente. El Antiguo Testamento comunicaba un verdadero conocimiento de la voluntad de Dios. Sin embargo, recién fue posible comprender su significado más pleno cuando el Hijo llegó a la Tierra. En la mente del autor, la revelación del Padre en el Hijo proporcionó la clave para comprender la verdadera magnitud del Antiguo Testamento, al igual que la imagen en la caja de un rompecabezas proporciona la clave para encontrar el lugar correcto para cada una de sus piezas. Jesús sacó a la luz gran parte del Antiguo Testamento.

Mientras tanto, Jesús vino a ser nuestro Representante y nuestro Salvador. Él ocuparía nuestro lugar en la lucha y derrotaría a la serpiente. Asimismo, en Hebreos, Jesús es el “líder” y el “precursor” de los creyentes (Heb. 2:10 [NTV]; 6:20). Él lucha por nosotros y nos representa. Esto también significa que lo que Dios hizo por Jesús, nuestro Representante, el Padre también lo quiere hacer por nosotros. El que exaltó a Jesús a su diestra también quiere que nos sentemos con Jesús en su Trono (Apoc. 3:21). El mensaje de Dios para nosotros en Jesús incluye no solo lo que Jesús dijo, sino también lo que el Padre hizo a través de él y para él, todo para nuestro beneficio temporal y eterno.

Piensa en lo que significa que Jesús, Dios con nosotros, haya venido a esta Tierra. ¿Por qué esta verdad debería darnos tanta esperanza?