“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:2).

MOISÉS: CREER EN EL INVISIBLE

martes 8 de marzo, 2022

Lee Hebreos 11:20 al 28. ¿Qué hicieron estos hombres de fe? ¿Qué relación guardan sus acciones con la esperanza y las cosas que no se ven?

Moisés es el segundo gran ejemplo en este capítulo de fe. La vida de Moisés se presenta y cierra con dos actitudes desafiantes con el rey. Sus padres escondieron a Moisés cuando nació, porque “no temieron el decreto del rey” (Heb. 11:23), y Moisés salió de Egipto “no temiendo la ira del rey” (Heb. 11:27). Sin embargo, el acto más significativo de Moisés fue que “rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón” (Heb. 11:24). La referencia a la madre adoptiva de Moisés como “la hija de Faraón” sugiere que estaba previsto que él fuese el próximo faraón. Sin embargo, Moisés estuvo dispuesto a dejar atrás la perspectiva de convertirse en el gobernante de la nación más poderosa en ese momento, y en su lugar llegar a ser el líder de unos esclavos recién liberados; refugiados, en realidad.

Compara Hebreos 11:24 al 27 con 10:32 al 35. ¿Qué similitudes había entre la situación de los destinatarios originales de Hebreos y la experiencia de Moisés?

La grandeza de Moisés consistió en que pudo ver más allá de las promesas del rey de Egipto y contemplar lo invisible; es decir, las promesas de Dios. Hebreos dice que la clave fue que la vista de Moisés estaba fija en “el galardón”, no en las riquezas de Egipto. Este galardón, o recompensa, es el mismo que se menciona en Hebreos 10:35, que Dios ha prometido a todos los que creen en él.

Las palabras de Pablo sobre la decisión de Moisés debieron de haber resonado poderosamente en el corazón de sus lectores originales. Estos habían estado soportando reproches e insultos debido a su fe en Cristo. También se habían visto aquejados y perdieron sus posesiones (Heb. 10:32–34). Algunos estaban en prisión (Heb. 13:3). Paralelamente, Moisés eligió ser maltratado con el pueblo de Dios, y trocó la riqueza de Egipto por los insultos relacionados con Cristo porque creía que la recompensa de Cristo era mayor que cualquier cosa que Egipto pudiera ofrecer.

¿Cuáles son algunas de las luchas que has enfrentado a causa de tu fe? ¿A qué has tenido que renunciar por esto? ¿Por qué finalmente la recompensa vale la pena, aunque no puedas verla ahora?