“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia” (Heb. 12:28).
OS HABÉIS ACERCADO A DIOS, EL JUEZ DE TODOS
Lee Hebreos 12:23. Si se trata de una celebración, ¿por qué se describe a Dios como juez? ¿Cómo puede un juez ser parte o motivo de una celebración? Lee también Daniel 7:9, 10, y 13 al 22.
La celebración descrita en Hebreos 12:22 al 24 alude a un juicio futuro. Dios, el Juez, preside y se usan los libros, y el resultado de este juicio futuro basado en los libros es que el pueblo de Dios recibe el Reino (Heb. 12:28).
Esta escena evoca el gran juicio previo al Advenimiento descrito en Daniel 7, que retrata una escena de juicio donde Dios, el “Anciano de días” (Dan. 7:9), se sienta en un trono hecho de fuego y está rodeado de “millones de millones” (Dan. 7:10) de ángeles. Se abren los libros (Dan. 7:10) y el Juicio se decide a favor de “los santos del Altísimo”, que entonces “recib[e]n el reino” (Dan. 7:22).
Asimismo, Hebreos 12:22 al 29 describe una escena de juicio en el monte Sion, la Jerusalén celestial, donde Dios, “el Juez de todos”, está rodeado de “muchos millares” de ángeles. La escena también es ardiente (Heb. 12:29). Menciona libros porque los santos están “inscritos” en ellos (Heb. 12:23), lo que implica un juicio favorable para los santos.
Jesús está en el centro de la escena (Heb. 12:24). Se lo describe como el Hijo del Hombre en Hebreos 2, quien fue “coronado de gloria y de honra” después de haber gustado la “muerte” por nosotros (Heb. 2:9). Según Hebreos 2:10, el “hijo del hombre” (ver Heb. 2:6) sufrió para poder llevar “muchos hijos a la gloria”; es decir, para que los creyentes también puedan ser “coronado[s] de gloria y de honra”. El “Hijo” ahora ha llevado a los creyentes a Sion, la Jerusalén celestial, mediante los beneficios del Nuevo Pacto (Heb. 12:22-24), donde se les promete que recibirán un reino (Heb. 12:28).
Por consiguiente, este juicio es una muy buena noticia para los creyentes porque es un juicio que dictamina a su favor. Los reivindica. Es un juicio que derrota a su adversario, el dragón, que está detrás de las terribles bestias que han perseguido a los creyentes en el pasado (Dan. 7) y lo harán en el futuro (Apoc. 13).
¿Cómo nos ayuda esta lección a entender que el Juicio de Dios en el mensaje de los tres ángeles es una “buena noticia” para este tiempo? (Apoc. 14:6, 7; comparar con Deut. 32:36; 1 Crón. 16:33–35).