“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mat. 24:37).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Es muy esclarecedor comparar la mentalidad y el comportamiento de la gente y el estado del mundo antes del Diluvio, por un lado, con los de nuestros días, por el otro. Sin duda, la maldad humana no es un fenómeno nuevo. Observa los paralelismos entre aquella época y la nuestra.
“Los pecados que acarrearon la venganza sobre el mundo antediluviano existen hoy. El temor de Dios ha desaparecido del corazón de los hombres, y su Ley se trata con indiferencia y desdén. La intensa mundanalidad de aquella generación es igualada por la de la presente. [...] Dios no condenó a los antediluvianos por comer y beber [...]. Su pecado consistió en que tomaron estas dádivas sin ninguna gratitud hacia el Dador, y se rebajaron entregándose desenfrenadamente a la glotonería. Era lícito que se casaran. El matrimonio formaba parte del plan de Dios; fue una de las primeras instituciones que él estableció. Dio instrucciones especiales tocantes a esa institución, revistiéndola de santidad y belleza; pero estas instrucciones fueron olvidadas, y el matrimonio fue pervertido y puesto al servicio de las pasiones humanas.
“Condiciones semejantes prevalecen hoy día. Lo que es lícito en sí es llevado al exceso. [...] El fraude, el soborno y el robo se cometen libremente entre humildes y encumbrados. La prensa abunda en crónicas de asesinatos [...]. El espíritu de anarquía está penetrando en todas las naciones, y los disturbios, que de vez en cuando excitan el horror del mundo, no son sino señales de los reprimidos fuegos de las pasiones y de la maldad que, una vez que escapen al dominio de las leyes, llenarán el mundo de miseria y desolación. El cuadro del mundo antediluviano que pintó la Inspiración representa con fiel veracidad la condición a la cual la sociedad moderna está llegando rápidamente. Ahora mismo, en el presente siglo, y en países que se llaman cristianos, se cometen diariamente crímenes tan negros y atroces como aquellos por los cuales fueron destruidos los pecadores del antiguo mundo” (PP 90, 91).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- ¿Cuáles son las características comunes de la sociedad antediluviana y la nuestra? ¿Qué nos enseñan estas características comunes acerca de la gracia de Dios: que a pesar de todo esto, él ama al mundo y, todavía, busca salvar a quien pueda?
- Algunos argumentan que el diluvio de Noé fue solo un acontecimiento local. ¿Qué tiene de malo esa idea? Si esto fuera cierto, ¿por qué cada inundación local (y cada arco iris) convertiría a Dios en un mentiroso?