“Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Sal. 23:3).
DESVÍO INESPERADO 1: EL VALLE
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Sal. 23:4).
Sería bueno que las sendas de justicia pasaran solo por las orillas cubiertas de hierba de los frescos arroyos. Pero, no es así como las pinta David. Estas sendas también pasan por el valle de sombra de muerte, un lugar que no tenemos muchas ganas de visitar. En ciertas épocas del año, los wadis y los barrancos que se encuentran en Israel son propensos a inundaciones repentinas, que podrían llegar inesperadamente y resultar abrumadoras. Estos lugares también son particularmente estrechos, con laderas empinadas que bloquean la luz. Por lo tanto, la “sombra de muerte” representa una “sombra muy profunda” o una “densa oscuridad”.
Piensa en las veces que has estado en tu propio “valle de sombra de muerte”. ¿Qué sentiste? ¿Tuviste miedo, aunque sabías que el Pastor estaba allí? ¿Qué versículos bíblicos apreciaste más en ese momento y por qué?
¿Por qué crees que las ovejas terminaron en el valle? ¿Piensas que las ovejas llegaron allí solas o que el Pastor guio a las ovejas por ese camino? Justifica tu respuesta.
Elisabeth Elliot escribe: “Un cordero que se encuentra en el valle de sombra de muerte podría llegar a la conclusión de que lo guiaron falsamente. Era necesario que él atravesara esa oscuridad para aprender a no temer. El pastor todavía está con él” (E. Elliot, Quest for Love, p. 218).
¿Alguna vez sentiste que te “guiaron falsamente” al valle? ¿Cómo respondiste a Dios durante esos momentos? ¿Por qué crees que el Pastor estaría dispuesto a asumir el riesgo de ser malinterpretado al permitirnos entrar en un valle oscuro?