“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom. 5:5).
EL PANORAMA COMPLETO
En medio del sufrimiento, es muy fácil suponer que lo que nos pasa es lo único que importa. Pero el panorama es un poco más amplio que solo el “yo” (ver Apoc. 12:7; Rom. 8:22).
Lee Habacuc 1:1 al 4. ¿A qué se enfrentó Habacuc?
Cabría esperar que Dios dijera algo así como: “Eso es realmente terrible, Habacuc; déjame ir a ayudarte de inmediato”. Pero la respuesta de Dios refleja lo opuesto. Le dice a Habacuc que todo va a empeorar. Lee esto en Habacuc 1:5 al 11.
Los asirios llevaron cautivo a Israel, pero aun así Dios promete que vendrá algo peor: los babilonios ahora se llevarán al pueblo de Judá. Habacuc vuelve a clamar en los versículos 12 al 17, y luego espera a ver qué dirá Dios.
¿Cómo es que el anuncio de Dios sobre la promesa de destrucción para Babilonia en Habacuc 2:2 y 3 trae esperanza?
Habacuc 2 es la promesa divina de la destrucción de los babilonios. Hebreos 10:37 cita Habacuc 2:3, lo que sugiere una aplicación mesiánica de esta promesa en el futuro. Con la misma certeza con que se prometió la destrucción de Babilonia, también tenemos la certeza de la destrucción de “la gran Babilonia” (Apoc. 18:2).
Habacuc estaba atrapado entre el gran mal que lo rodeaba y el anuncio de Dios de que vendría algo peor. No obstante, precisamente es allí donde nos encontramos nosotros en la historia de la salvación. Un gran mal nos rodea, pero la Biblia predice que está por venir algo mucho peor. La clave para la supervivencia de Habacuc fue que se le permitió ver el panorama completo. Por lo tanto, en el capítulo 3, puede elevar una increíble oración de alabanza por lo que Dios hará en el futuro.
Lee Habacuc 3:16 al 19. Para Habacuc, ¿cuáles son las razones para tener esperanza? ¿Cuál es la esperanza del pueblo de Dios mientras esperamos que se desarrollen las últimas escenas proféticas? ¿Cómo puedes hacer tuya esta esperanza?