“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom. 5:5).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, La educación, “La escuela del más allá”, pp. 301-309; El ministerio de curación, “La disciplina de las pruebas”, pp. 373-375.
“A todos nos tocan a veces momentos de intensa desilusión y profundo desaliento, días en que nos embarga la tristeza y es difícil creer que Dios sigue siendo el bondadoso benefactor de sus hijos terrenales; días en que las dificultades acosan al alma, en que la muerte parece preferible a la vida. Entonces es cuando muchos pierden su confianza en Dios y caen en la esclavitud de la duda y la servidumbre de la incredulidad. Si en tales momentos pudiésemos discernir con percepción espiritual el significado de las providencias de Dios, veríamos ángeles que procuran salvarnos de nosotros mismos y luchan para asentar nuestros pies en un fundamento más firme que las colinas eternas; y nuestro ser se compenetraría de una nueva fe y una nueva vida” (PR 119).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Elena de White dice que “todos” experimentamos momentos de “intensa desilusión y profundo desaliento”. ¿Hasta qué punto lo percibimos en los demás cuando atraviesan esos momentos? ¿Cómo podemos aprender a ser mejores agentes de esperanza entre nosotros cuando experimentamos decepciones tan amargas?
- Como clase, repasen las respuestas a la pregunta final del martes. ¿Qué diferencia notaron en su vida al tener siempre presente la realidad de la cercanía de Dios?
- En clase, lean en voz alta los capítulos de Job 38 al 41. ¿Qué imagen de Dios presentan? ¿Qué aprendieron que les dé esperanza y aliento? ¿Cómo encaja el sábado en este cuadro? ¿Cómo nos ayuda tener siempre presente la naturaleza y el carácter de Dios?
- La esperanza que transforma viene del Cielo. Esto significa que podemos orar para que la esperanza se sume a la vida de los demás. Dediquen un momento a orar por aquellos cuya esperanza ha estado flaqueando recientemente, a fin de que su esperanza se renueve. Es más, ¿qué pueden hacer por otros que dan por perdida la batalla por encontrar esperanza?
- Si hay alguien dispuesto, pídele que relate alguna ocasión en que la desesperación y las pruebas le hicieron perder la fe y la esperanza. ¿Qué produjo el giro en esa persona? ¿Qué podemos compartir unos con otros para ayudarnos cuando estamos en momentos de duda y desesperación?