“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Fil. 4:4).

LA VIDA DE ALABANZA

martes 23 de agosto, 2022

Alabar al Señor quizá no sea natural para nosotros, incluso en circunstancias favorables. Entonces, ¿cuánto más difícil será alabar en las malas? Sin embargo, eso es lo que somos llamados a hacer. La alabanza es algo que debemos practicar hasta que, de ser una actividad que realizamos en un momento determinado, pase a ser una atmósfera en la que vivimos. La alabanza no debería ser tanto un acto específico como un estilo de vida específico.

Lee Salmo 145. ¿Cuáles son las razones que da David para alabar a Dios? ¿En qué sentido las palabras de este salmo deberían ser las tuyas?

El gran predicador británico Charles Haddon Spurgeon escribió un libro titulado The Practice of Praise [La práctica de la alabanza]. Está basado en el versículo 7 del Salmo 145. Mediante este breve versículo, Spurgeon llama nuestra atención a tres cosas importantes que pueden ayudarnos a desarrollar la alabanza en nuestra vida.

1. Practicamos la alabanza cuando miramos a nuestro alrededor. Si no miramos a nuestro alrededor para ver la grandeza de Dios, no tendremos ninguna razón para alabarlo. ¿Qué puedes ver en el mundo creado que sea digno de alabanza, como la belleza de la Creación de Dios? ¿Qué puedes ver en el mundo espiritual que sea digno de alabanza, como la fe de un joven cristiano que va en aumento?

2. Practicamos la alabanza al recordar lo que hemos visto. Si queremos vivir en una atmósfera de alabanza, debemos ser capaces de recordar el motivo. ¿Cómo podemos recordar las grandes cosas acerca de Dios (por ejemplo, fomentando nuevos rituales o símbolos que nos recuerden su bondad), para que su bondad y la verdad acerca de él no se nos escapen de la mente?

3. Practicamos la alabanza cuando hablamos de ella. La alabanza no es algo que hacemos en nuestra mente. Su propósito es que salga de nuestra boca, para que también la escuchen quienes nos rodean. ¿Qué razones se te ocurren para alabar a Dios verbalmente? ¿Cuál será el efecto de esa alabanza y sobre quiénes?

Toma lápiz y papel y dedica un tiempo a examinar estos tres puntos. ¿Qué puedes hacer para cultivar el hábito de la alabanza en tu vida?