“Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tes. 5:21).
EL FUEGO DEL INFIERNO
En su folleto para niños titulado The Sight of Hell [La visión del infierno], página 24, el sacerdote católico inglés John Furniss (1809-1865) ilustra el tormento eterno mediante una gran bola de hierro macizo, más grande que los cielos y la Tierra. “Un ave viene una vez cada cien millones de años y apenas toca la gran bola de hierro con una pluma de su ala”. El autor argumenta que los pecadores continuarán ardiendo en el infierno ¡aun después de que la bola de hierro se desgaste con esos ocasionales toques de plumas!
Lo triste es que muchos protestantes aún hoy creen en algo similar en cuanto a los perdidos.
Lee Malaquías 4:1 y Judas 7. Estos pasajes ¿cómo pueden ayudarnos a entender mejor la noción del “fuego eterno” o la idea, como Jesús la expresó, de que los perdidos estarán en “el fuego eterno” (Mat. 18:8) o en un “fuego que no puede ser apagado”? (Mar. 9:43).
La palabra “eterno” (hebreo, ‘olam; griego, aión, aionios) tiene diferentes significados, según el contexto inmediato. Por ejemplo, cuando se relaciona con Dios (Deut. 33:27, “eterno”), la palabra expresa su eternidad. Cuando se relaciona con los seres humanos (Éxo. 21:6, “para siempre”), la palabra se limita a su tiempo de vida. Cuando califica al fuego (Mat. 18:8; 25:41; “eterno”), implica que el fuego no se apagará hasta no consumir completamente lo que se está quemando. Esto significa que el “fuego eterno” será eterno en el sentido de que consumirá a los malvados en forma completa e irreversible, “y no les dejará ni raíz ni rama” (Mal. 4:1).
La teoría del castigo eterno de los impíos tiene serias implicaciones. Si se castigara a los malvados para siempre, el mal nunca se erradicaría. Además, toda la vida humana deriva de Dios (Deut. 32:39; Sal. 36:9), quien “no [s]e alegr[a] con la muerte del malvado” (Eze. 33:11, NVI). ¿Por qué, entonces, continuaría dando vida a los malvados para que sufran un tormento sin fin? ¿No sería mucho más razonable que acabara con su existencia? Si los impíos serán castigados “según sus obras” (Apoc. 20:12), ¿por qué entonces una corta vida humana debe ser castigada indefinidamente?
Todas las referencias bíblicas al “fuego eterno” deben considerarse alusiones al “lago de fuego” posterior al milenio de Apocalipsis 20 (ver la lección 13). Por lo tanto, no es bíblico hablar de un infierno que ya está presente y que arde para siempre.
Si bien el infierno de fuego es nefasto, la verdad sobre el infierno ¿qué nos revela sobre el amor de Dios, especialmente en contraste con la idea del tormento eterno?