“Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel! Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor’” (Mat. 25:21).

EL AJUSTE DE CUENTAS

miércoles 22 de marzo, 2023

Cerca del final del ministerio de Jesús, sus discípulos se le acercaron a solas y le preguntaron: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?” (Mat. 24:3). Jesús entonces dedica dos capítulos a responder sus preguntas. Mateo 24 habla de señales en el mundo que nos rodea, como guerras, desastres y demás. Luego, Mateo 25 habla de las condiciones en la iglesia justo antes de que Jesús regrese. Tres historias ilustran estas condiciones. Una de ellas es la parábola de los talentos, que habla sobre de qué manera su pueblo utilizó los dones que Dios le había dado.

Lee Mateo 25:14 al 19. ¿Quién es el que viaja a un país lejano? ¿A quién le confía sus bienes? ¿Qué significa “arreglar cuentas” (ver Mat. 25:19)?

A veces pensamos en los talentos como dones naturales, como cantar, hablar y demás, pero en la historia análoga de las minas en Lucas 19:12 al 24 se menciona específicamente el dinero y su administración. Elena de White también declaró: “Se me mostró que la parábola de los talentos no ha sido plenamente comprendida. Esta importante lección fue dada a los discípulos para beneficio de los creyentes que viviesen en los postreros días. Y estos talentos no representan solamente la capacidad de predicar e instruir acerca de la Palabra de Dios. La parábola se aplica a los recursos temporales que Dios ha confiado a su pueblo” (TI 1:181).

Lee Mateo 25:20 al 23. ¿Qué dice Dios a quienes fueron administradores fieles del dinero al apoyar su causa? ¿Qué significa “entra en el gozo de tu señor” (Mat. 25:23)?

Es muy natural que pensemos que la otra persona tiene más talentos que nosotros y, por lo tanto, es más responsable ante Dios. Sin embargo, en esta historia es la persona con un solo talento, la menor cantidad de dinero, la que resultó ser infiel y perdió el Reino. En lugar de pensar en las responsabilidades de los demás, concentrémonos en lo que Dios nos ha confiado a nosotros y cómo podemos usarlo para su gloria.

¿Cuán bien te irá cuando Dios venga a “arreglar cuentas” contigo?