“Entonces miré y vi una nube blanca, y sobre la nube, a uno sentado semejante al Hijo del hombre, con una corona de oro en su cabeza, y en su mano una hoz aguda. Y del Santuario salió otro ángel, y clamó a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: ‘Toma tu hoz y siega, porque ha llegado la hora de segar, y la mies de la Tierra está madura’ ” (Apoc. 14:14, 15).

DECISIONES ETERNAS

domingo 2 de abril, 2023

Apocalipsis 14 es el mensaje final de misericordia de Jesús a un mundo caído y rebelde, que por casi seis mil años ha estado impregnado de pecado y maldad. Llegará el día en que cada ser humano del planeta Tierra tomará su decisión final e irrevocable, ya sea a favor o en contra de Jesús. El mensaje del Apocalipsis, acerca de la justicia de Cristo, que nos libra de la condenación del pecado así como del control del pecado en nuestra vida, resonará una y otra vez por toda la Tierra.

Lee Mateo 24:14 y compáralo con Apocalipsis 14:6. ¿Qué promesa hizo Jesús a sus discípulos con respecto a la difusión mundial del evangelio justo antes de su venida?

La promesa de Jesús de que “este evangelio del reino será predicado en todo el mundo”, que aparece en Mateo 24:14, encuentra su cumplimiento final en el mensaje de Cristo para los últimos días, en Apocalipsis 14:6, que dice que el evangelio se proclamará a “toda nación y tribu, lengua y pueblo”.

Tres veces en Apocalipsis 22 Jesús afirma que él viene pronto (Apoc. 22:7, 12, 20). En el contexto de su pronto regreso, nuestro Señor agrega: “ ‘El que es injusto siga siendo injusto, y el sucio siga ensuciándose. El justo siga siendo justo, y el santo siga santificándose’ ” (Apoc. 22:11). El Apocalipsis avanza a un clímax glorioso en el que cada persona debe decidir a favor o en contra de Cristo.

Por supuesto, todos los días, mediante nuestras decisiones, incluso en las “cosas pequeñas”, estamos decidiendo a favor o en contra de Jesús. Es poco probable que alguien que constantemente toma decisiones equivocadas en su vida ahora, de repente, en la crisis final, se incline por el bando de Jesús, especialmente cuando la fuerza de todo el mundo impío está en su contra. Ahora, hoy y todos los días, debemos decidir ser fieles a Cristo y a sus mandamientos. Juan escribió: “En esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos” (1 Juan 5:3). Como dijo Elena de White: “Jesús no cambia el carácter en su venida. La obra de transformación debe hacerse ahora. Nuestra vida diaria determina nuestro destino” (EUD 299).

¿Cómo forma Dios nuestro carácter? ¿Qué medios utiliza para que crezcamos en gracia? ¿Qué podemos hacer para permitir más plenamente que el Espíritu Santo nos transforme para ser más semejantes a Jesús?