“Decía a gran voz: ‘¡Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adoren al que hizo el Cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas’ ” (Apoc. 14:7).

UN VISTAZO AL CIELO

miércoles 26 de abril, 2023

En Apocalipsis 4, Juan contempla una puerta abierta en el Cielo y recibe esta invitación: “ ‘Sube acá, y te mostraré lo que ha de suceder después’ ” (Apoc. 4:1). Jesús invitó al apóstol a mirar a través de la puerta abierta del Santuario celestial para observar escenas eternas del gran conflicto entre el bien y el mal. Nosotros también podemos mirar, con Juan, a través de esa puerta abierta y recibir un vistazo del plan eterno de salvación. Somos testigos de asuntos que se están decidiendo en la Corte Celestial. Ante nuestros ojos se desarrollan cuestiones fundamentales en el gran conflicto entre el bien y el mal.

Lee Apocalipsis 4:2 al 4. ¿Qué similitudes puedes ver aquí con la escena del Juicio en Daniel 7?

Esta es obviamente una escena del Trono. Dios el Padre se sienta en su Trono, rodeado de seres celestiales. Hay truenos y relámpagos que simbolizan los juicios de Dios. También notamos, en Apocalipsis 4:4, que hay 24 ancianos alrededor del Trono de Dios.

¿Quiénes son estos 24 ancianos? En el antiguo Israel había 24 divisiones en el sacerdocio levítico. Estos sacerdotes representaban al pueblo ante Dios. En 1 Pedro 2:9, el apóstol declara que los creyentes del Nuevo Testamento son un “linaje elegido”, “real sacerdocio”. Estos 24 ancianos podrían, tal vez, representar a todos los redimidos que un día se regocijarán alrededor del Trono de Dios; o tal vez representen a los que resucitaron en la resurrección de Cristo y que ascendieron al Cielo con él (Mat. 27:52; Efe. 4:7, 8).

De todos modos, estas son buenas noticias. Algunos de los redimidos de la Tierra rodean el Trono de Dios. Ellos enfrentaron tentaciones tal como nosotros las enfrentamos. Por la gracia de Cristo y el poder del Espíritu Santo, ellos vencieron. Están “vestidos de blanco”, lo que simboliza la justicia de Cristo, que cubre y limpia sus pecados. Tienen una corona de oro en su cabeza, que representa que son victoriosos en la batalla contra el mal, y que son parte del linaje real y celestial de creyentes llenos de fe.

Vemos que hay un Trono en el Cielo, donde está Dios sentado. Hay seres celestiales alrededor de él, y pronto todo el Cielo comienza a cantar, y la alabanza va in crescendo: “ ‘Señor y Dios, digno eres de recibir gloria, honra y poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad fueron creadas y existen’ ” (Apoc. 4:11).