“Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
BABILONIA: EL CENTRO DEL CULTO AL SOL
La adoración al Sol era notoria en Egipto, Asiria, Persia y, desde luego en Babilonia. En su libro The Worship of Nature [La adoración de la naturaleza], James G. Frazer hace esta observación: “En la antigua Babilonia, se adoraba al Sol desde la antigüedad inmemorial” (t. 1, p. 529). Quizá te parezca sorprendente, pero hubo veces en que la adoración al Sol babilónica influyó en la adoración del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento.
Lee Ezequiel 8:16; y 2 Reyes 23:5 y 11. ¿Qué escribieron los profetas sobre la influencia de la adoración al Sol en Israel y Judá? (Ver también Rom. 1:25).
El profeta Ezequiel, contemporáneo de Daniel, describió a algunos del pueblo de Dios dándole la espalda al Templo de Dios, ya que adoraban al Sol hacia el este. En lugar de adorar al Creador del Sol, adoraban al Sol.
En Apocalipsis 17, Juan describe un tiempo en que los principios de Babilonia, incluyendo la adoración al Sol, entrarían en la iglesia cristiana durante una era de transigencia. La conversión superficial de Constantino, en la primera parte del siglo IV, causó gran alegría en el Imperio Romano. Constantino tenía una fuerte afinidad con la adoración al Sol. Edward Gibbon, el renombrado historiador, escribe: “El Sol se celebró universalmente como el guía invencible y protector de Constantino” (The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, cap. 20). En el año 321 d.C., Constantino también aprobó la primera “ley dominical”. Este edicto declaraba: “En el venerable día del Sol, que los magistrados y la gente que reside en las ciudades descansen, y que todos los talleres se cierren” (Edicto de Constantino, 321 d.C.). Esta no era una ley que imponía la observancia del domingo para todos los súbditos de Constantino, pero fortaleció la observancia del domingo en la mente de la población romana.
Fue en décadas sucesivas que los emperadores y los papas, mediante decretos de Estado y concilios eclesiásticos, siguieron instaurando el domingo como el día singular de culto; lo que sigue vigente en la actualidad para la mayoría de los cristianos. Qué poderoso ejemplo de la dura verdad de que solo porque la mayoría cree en algo, o lo practica, no significa que sea lo correcto.
Observa a tu alrededor y fíjate cuán frecuente es la adoración dominical en las iglesias cristianas. ¿Qué debe enseñarnos este hecho acerca de cuán generalizados son los engaños de Satanás? Al igual que con el estado de los muertos, ¿cuál es nuestra única salvaguardia?