“Él mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros; a fin de perfeccionar a los santos para desempeñar su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efe. 4:11, 12).

DONES DEL JESÚS EXALTADO

miércoles 9 de agosto, 2023

Sobre la base de Salmo 68:18, Pablo acaba de describir que el Jesús resucitado, exaltado y victorioso da dones a su pueblo desde lo Alto. ¿Qué “dones” da el Jesús exaltado, y con qué propósito? Efesios 4:11–13.

Pablo identifica cuatro grupos de personas que reciben “dones” como parte del tesoro que el Jesús exaltado da a su iglesia: (1) apóstoles; (2) profetas; (3) evangelistas; (4) pastores y maestros (la estructura de la frase griega sugiere que estos son un solo grupo). Cristo da estos dones para llevar a cabo una obra importante: “A fin de perfeccionar a los santos para desempeñar su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efe. 4:12) y “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un estado perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo” (Efe. 4:13).

Este último aspecto era de especial importancia para los primeros adventistas, quienes reflexionaban sobre los dones espirituales de Elena de White. La Biblia ¿valida la función del don de profecía en la iglesia solo durante el tiempo de los apóstoles? ¿O el don continúa hasta la venida de Cristo? Los primeros adventistas encontraron su respuesta en Efesios 4:13, y la compartieron mediante una historia sobre el capitán de un barco que estaba obligado a seguir las instrucciones provistas para un viaje. A medida que el barco se acercaba al puerto, el capitán descubrió que las instrucciones le informaban que un piloto subiría a bordo para ayudarlo a conducir el barco. Para mantenerse fiel a las instrucciones originales, debía permitir que el piloto subiera a bordo y obedecer las instrucciones adicionales que se le indicaran. “¿Quién ahora presta atención a ese libro de instrucciones original? ¿Los que rechazan al piloto o los que lo reciben, como les instruye ese libro? Juzguen ustedes” (Uriah Smith, “Do We Discard the Bible by Endorsing the Visions?” Review and Herald, 13/01/1863, p. 52).

Debemos tener cuidado al identificar a los “pastores”, “maestros” y “evangelistas”, ya que pensamos en estos cargos dentro de nuestro propio contexto y época. Hasta donde se puede comprobar, en los días de Pablo todos estos habrían sido líderes laicos que servían en los hogares–iglesias de Éfeso (comparar con 1 Ped. 2:9; Hech. 2:46; 12:12).

Lee Isaías 5:4: “¿Qué más se había de hacer a mi viña, que yo no haya hecho?” Piensa en este versículo en el contexto de lo que Dios nos ha dado en el ministerio de Elena de White. ¿Cómo se aplica?