“Acerca de la pasada manera de vivir, despójense del hombre viejo, viciado por sus deseos engañosos. Renueven la actitud de su mente, y vístanse del nuevo hombre, creado para ser semejante a Dios en justicia y en santidad de la verdad” (Efe. 4:22-24).
VIDAS MOLDEADAS POR CRISTO Y PALABRAS INSPIRADAS POR EL ESPÍRITU
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Efesios 4:17–32; Colosenses 3:1–17; Zacarías 3:3–5; 8:16; Isaías 63:10; Romanos 8:16, 26, 27.
Durante años José Antonio vivió en las calles de Palma, España, como vagabundo. Con cabello y barba canosos y desordenados, José parecía mayor que sus 57 años. Un día, Salva García, el dueño de una peluquería, se acercó a José y le propuso un cambio total de imagen.
Ya con José en el sillón del salón, un equipo de trabajo cortó, tiñó y peinó los mechones enredados de cabello y barba. A continuación, José consiguió ropa nueva y elegante. ¡Entonces vino la revelación! Cuando José se sentó frente a un espejo, le brotaron lágrimas. “¿Este soy yo? ¡Soy tan diferente que nadie me va a reconocer!” Luego agregó: “No fue solo un cambio de look. Me cambió la vida”.
En Efesios 4:17 al 32, Pablo afirma que los creyentes han experimentado una transformación completa. Se despojaron de su antiguo yo y abrazaron una nueva identidad. Es algo parecido al cambio de José, aunque no es una mera transformación externa. Incluye “ren[ovar] la actitud de [la] mente” (Efe. 4:23).