“Pero recibirán poder cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hech. 1:8).
EMPEZAR POR DONDE ESTÁS
Lee Hechos 1:8. ¿Qué principio presentó Jesús en cuanto a realizar la obra de compartir y de ser sus testigos al mundo?
Este es el principio establecido por Jesús que nos muestra cómo debemos actuar como discípulos que tienen la buena nueva para compartirla con los demás. Compartir la verdad no consiste en convencer a los demás de lo equivocados que están, sino en compartir a Jesús tal como se describe en el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12.
No obstante, hay algunos principios en las palabras de Jesús en Hechos 1:8. En primer lugar, “serán mis testigos tanto en Jerusalén” (NVI). Como hemos
visto (pero vale la pena repetirlo): debemos ser testigos en el lugar donde residimos físicamente. Esto puede incluir nuestro propio hogar, la iglesia, el vecindario y la comunidad. Necesitamos ser testigos suyos primero donde estamos, en el lugar donde él nos ha colocado inicialmente (casa o trabajo), y dar testimonio a la gente más cercana a nosotros. Puede ser la familia cercana o la familia extendida, la gente de la iglesia, los compañeros de trabajo, los vecinos y la comunidad.
A veces, la gente solo está interesada en ir a un país lejano y a una cultura extraña para dar testimonio. Pero no testifica a la gente que la rodea ahora. Debemos comenzar donde estamos y avanzar desde allí según el Señor nos guíe.
A continuación: “En toda Judea y Samaria” (Hech. 1:8). Una vez más, Jesús afirma la realidad de que dar testimonio implica cruzar fronteras culturales. Partiendo de donde estamos, podemos ser llamados a desplazarnos a otras zonas para llegar a diferentes grupos sociales, étnicos y religiosos. Si pertenezco a un determinado grupo étnico o lingüístico, quizá me resulte mucho más fácil dar testimonio ante ellos, porque las barreras culturales que hay que cruzar son mínimas. En algunas zonas del mundo, únicamente un clan o tribu está representado en la composición de la iglesia. Sin embargo, la Gran Comisión de Jesús nos dice que, como testigos suyos, es crucial salir de nuestra zona de confort y aplicar nuestros recursos en esos grupos de personas. Ellos también necesitan el mensaje de Jesús.
Desafío: Identifica y haz una lista de grupos de personas con necesidades especiales en tu comunidad, por quienes la iglesia no ha hecho esfuerzos por alcanzarlas.
Desafío avanzado: Comienza a orar por una oportunidad, en el futuro cercano, para comprometerte en la misión con personas con necesidades especiales.