“Después oí la voz del Señor, que dijo: ‘¿A quién enviaré? ¿Quién irá de nuestra parte?’ Entonces respondí: ‘Aquí estoy, envíame a mí’ ” (Isa. 6:8).
NUESTRAS EXCUSAS: LA INCONVENIENCIA
La experiencia de Jonás en el vientre del gran pez (ver Jon. 2) fue una dramática muestra del amor y la misericordia de Dios, y la oración de Jonás revela que no llegó a captar el mensaje de amor de Dios. Pero el hecho de que hubiera tenido un encuentro increíble con Dios no significaba que sus antiguos hábitos de pensamiento o sus actitudes fuesen fáciles de cambiar, aunque fue a Nínive de todos modos.
Lee Jonás 3. ¿Cómo respondió la gente a la predicación de Jonás? ¿Qué lecciones de testificación se evidencian aquí?
Jonás dejó de lado sus sentimientos personales hacia los ninivitas, predicó lo que Dios le comunicó, y los resultados fueron asombrosos. Los ninivitas se arrepintieron. Sí, Jonás tuvo que pasar por muchas cosas, hacer lo que no quería hacer, pero cuando lo hizo, Dios fue glorificado.
Por ende, la misión de Dios se lleva adelante sobre los hombros de quienes están dispuestos a sacrificarse, aunque sea a regañadientes. Nuestros valores deben ceder el paso a la prioridad de Dios por los perdidos. Como Jonás, a veces albergamos prejuicios que nos impiden acercarnos a una persona o grupo.
Tener que enfrentarnos a nuestros prejuicios requiere humildad. La misión también requiere tiempo y energía emocional. Invertir en la vida de los demás y preocuparnos verdaderamente por ellos puede ser agotador. En una época en la que estamos estresados con nuestra vida y los problemas personales, ofrecer apoyo emocional puede parecer demasiado agotador.
Y, por último, participar de la misión a menudo exige que cambiemos nuestra forma de considerar el dinero y utilizarlo. Ya sea para ayudar a la gente, comprar publicaciones y materiales de evangelización, o pagar servicios para dedicar más tiempo a la obra misionera, hay gastos relacionados con la misión. La obra misionera, en cualquiera de sus formas, exige sacrificios.
Lo bueno es que, a pesar de las deficiencias de Jonás, Dios obró poderosamente para que los ninivitas se arrepintieran. Lamentablemente, Jonás no compartió la bendición del gozo celestial.
¿Qué sacrificio te pide Dios que hagas, o que estés dispuesto a hacer, para compartir su amor con otra persona? ¿Hasta qué punto confías en que él cumplirá su promesa de enriquecer tu vida mediante el sacrificio?