“Y el Rey les dirá: ‘Les aseguro, cuanto hicieron a uno de estos mis hermanos pequeños, a mí me lo hicieron’ ” (Mat. 25:40).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 24 de noviembre, 2023

Los autores de los evangelios recogen ejemplos de la práctica de Jesús de tender puentes hacia personas de otras culturas para salvarlas (Mat. 8:28-34; Mar. 5:1-20). Del mismo modo, nosotros también somos llamados a hacer amigos y suplir las necesidades de gente de otras culturas. La muerte de Cristo fue por todos, independientemente de su raza, nacionalidad, riqueza u origen. Este es un aspecto que nunca debemos olvidar: “Él es la expiación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2).

“Los hombres y las mujeres no cumplen el designio de Dios cuando se limitan a expresar afecto por su propio círculo familiar [...] mientras excluyen de su amor a aquellos a quienes podrían consolar y bendecir al aliviar sus necesidades. [...]

“Cuando el Señor nos pide que hagamos el bien a los demás fuera de nuestro hogar, no quiere decir que nuestro afecto por el hogar disminuirá, y que amaremos menos a nuestros familiares o a nuestro país porque él desee que ampliemos nuestra solidaridad. Pero no debemos confinar nuestro afecto y simpatía entre cuatro paredes, y retener la bendición que Dios nos ha dado de modo que los demás no se beneficien de esta bendición junto con nosotros ni la disfruten” (Elena de White, The Advent Review and Sabbath Herald, 15 de octubre de 1895).

La responsabilidad que recibimos de ser una bendición para los que están fuera de nuestra zona de confort, ya sean de otra cultura o simplemente personas vulnerables, es un mandato innegociable del mismo Jesucristo (Hech. 1:8; Mar. 11:17).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Cuál es tu zona de confort y por qué debes estar dispuesto a salir de ella cuando sea necesario?
  2. ¿Cuáles son las implicaciones del incidente en el que calificaron a Jesús como “un comilón y un bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores” (Mat. 11:19)? ¿Qué hizo Jesús para sortear esa acusación, y qué nos enseña sobre la misión?
  3. ¿Hasta qué punto un cristiano debería participar de las celebraciones de los no creyentes? ¿Cómo podrían hacerlo los cristianos sin comprometer los principios bíblicos?