“Siendo que todo será destruido, ¿qué clase de personas deben ser ustedes en santa y piadosa conducta, esperando y apresurándose para la venida del día de Dios? En ese día los cielos serán encendidos y deshechos, y los elementos se fundirán abrasados por el fuego” (2 Ped. 3:11, 12).
ÉXITO EN LA MISIÓN
¿Qué es tener éxito en la misión? Podríamos vernos tentados a pensar que tiene que ver con muchos bautismos, grandes iglesias y tasas de crecimiento de iglesia rápidas. Podríamos pensar que el éxito consiste en entrar en cada tribu y grupo étnico de la Tierra con la verdad, y que podamos acelerarlo utilizando la radio, Internet y la televisión. Aunque todo esto puede ser bueno, debemos recordar lo que Pablo escribió a la comunidad de fe en Corinto: “Yo planté, Apolo regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1 Cor. 3:6). En otras palabras, nuestro enfoque debe estar en el proceso; Dios se ocupará del crecimiento.
Ya hemos visto que el objeto de la misión de Dios es salvar a los perdidos de cada grupo étnico de la Tierra, haciéndolos discípulos leales de Jesús comprometidos con su misión.
Lee los siguientes versículos. ¿Qué nos dicen acerca del carácter de quienes se convierten en seguidores de Jesús?
2 Cor. 11:2 ................................................................................................................
Isa. 30:21; Juan 10:27; 16:12, 13 .................................................................................
2 Tes. 2:9-11; Heb. 3:12, 13; 1 Juan 1:8 ........................................................................
1 Juan 1:9; Apoc. 7:14; 19:8 .......................................................................................
Los discípulos de Jesús son puros y son leales a Jesús, como una novia pura para su prometido. Siguen a Jesús cuando él los guía por medio de la voz apacible y suave del Espíritu Santo. Esto incluye guiarlos a la obra misionera en favor de los demás. No hay engaño en estos discípulos. No se dejan llevar por dudas extenuantes, falsas enseñanzas ni la inmoralidad. Y no se sienten moralmente superiores a los demás. Reconocen que son imperfectos, que necesitan la gracia purificadora y la misericordia de Dios. Al comprender esto, también están abiertos a recibir corrección e instrucción de otros creyentes. El éxito en la misión es el resultado de hacer este tipo de discípulos.
¿Qué significa ser una “una virgen pura” para Cristo (2 Cor. 11:2)? ¿De qué manera podemos, como pecadores, ser así ante Dios e insistir a los demás que también sean vírgenes puras para Cristo?