“Anhelo y ardientemente deseo los atrios del Señor. Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Sal. 84:2).
EL ANHELO DE DIOS EN SION
Los cantos de Sion son himnos alegres que magnifican la belleza de Sion y la soberanía del Señor, quien reina desde su monte santo. Estos salmos a menudo alaban los méritos de la casa del Señor y expresan un amor por el Santuario que se encuentra también en otros salmos. Muchos de estos salmos fueron compuestos por los hijos de Coré, quienes experimentaron de primera mano la bendición de la casa del Señor como músicos del Templo (1 Crón. 6:31- 38) y como guardianes de las puertas del Templo (1 Crón. 9:19).
¿Qué hace que Sion sea fuente de esperanza y alegría? Sion representaba la viva presencia de Dios entre su pueblo. Así como el pueblo de Israel es el pueblo elegido de Dios (Deut. 7:6), Sion es el monte elegido de Dios (Sal. 78:68; 87:2). Dios reina desde Sion (Sal. 99:1, 2) y fundó su Templo también en Sion (Sal. 87:1). Así pues, Sion es un lugar de bendiciones y de refugio divinos. A menudo se hace referencia a Sion en paralelo (o incluso en forma indistinta) con Jerusalén y el Santuario, el centro de la obra de salvación de Dios para el mundo antiguo.
Las bendiciones de Sion desbordan hasta los confines de la Tierra, porque la Persona y la gracia del Señor superan los límites de cualquier lugar santo. Sion es el gozo de toda la Tierra (Sal. 48:2), y proclama que toda la Tierra pertenece a Dios.