“Lo principal de lo que venimos diciendo es que tenemos un Sumo Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en el cielo; y es ministro del santuario, de aquel verdadero santuario que levantó el Señor y no el hombre” (Heb. 8:1, 2).

JESÚS, NUESTRO ABOGADO EN EL JUICIO

jueves 23 de mayo, 2024

Lee Hebreos 10:9 al 14. ¿Qué diferencia revela este pasaje entre el ministerio del sacerdote en el Santuario terrenal y el ministerio de Jesús en el Santuario celestial?

De una vez para siempre, Cristo murió en la Cruz como sacrificio perfecto por el pecado. Su ministerio sacerdotal en el Santuario celestial nos santifica. Ahora, habiendo entrado en el Lugar Santísimo, permanece como nuestro Abogado en el Juicio (ver 1 Juan 2:1). “Cristo fue ofrecido una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas. Cristo vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados, sino para traer salvación a todos los que esperan con anhelo su venida” (Heb. 9:28, NTV). Mediante su sacrificio y su mediación, el pecado ha sido eliminado. Ahora vuelve por los que “aman su venida” (2 Tim. 4:8).

Lee Hebreos 6:19 y 20. ¿Por qué nos invita a seguirlo y qué descubrimos al hacerlo?

“La intercesión de Cristo en beneficio del hombre en el Santuario celestial es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la Cruz. Por medio de su muerte dio inicio a esa obra para cuya conclusión ascendió al Cielo después de su resurrección. Por la fe debemos entrar velo adentro, ‘donde Jesús entró por nosotros como precursor’ (Heb. 6:20). Allí se refleja la luz de la Cruz del Calvario. Allí podemos obtener un discernimiento más claro de los misterios de la redención. La salvación del hombre se lleva a cabo a un precio infinito para el Cielo; el sacrificio hecho se corresponde con las más amplias exigencias de la Ley de Dios quebrantada. Jesús abrió el camino al Trono del Padre, y a través de su mediación pueden ser presentados ante Dios los deseos sinceros de todos los que se allegan a él con fe” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 543).

El Plan de Salvación es un plan integral para resolver el Gran Conflicto y rescatar a este planeta de las garras de Satanás. La vida de Jesús reveló el amor de Dios ante un mundo necesitado y un universo expectante. Su muerte reveló la atrocidad del pecado y proveyó salvación para toda la humanidad. Su intercesión en el Santuario celestial ofrece los beneficios de la Expiación a todo aquel que se acerque con fe para recibirlos.

¿Cuál es la relación entre la muerte de Cristo en la Cruz y su intercesión en el Santuario celestial, y por qué el Juicio es tan necesario para el Plan de Salvación?