“Jesús respondió: ‘Te aseguro, el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios’ ” (Juan 3:3).

EL TESTIMONIO DE JUAN EL BAUTISTA

domingo 20 de octubre, 2024

Como ilustraba la lección de la semana pasada, el Evangelio de Juan comienza con Jesucristo, el Verbo, en su existencia eterna antes de la Creación. Pero, en ese mismo prólogo, Juan el Bautista aparece como testigo de Jesús. Algunos judíos de la época de Jesús esperaban dos mesías, uno sacerdotal y otro real. Juan enseña claramente que Juan el Bautista no pretendía ser uno de esos mesías, sino que era testigo del único Mesías verdadero.

Lee Juan 1:19 al 23. ¿Cómo explicó Juan el Bautista su ministerio y su misión?

Los líderes religiosos enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle a Juan quién era. Con las grandes expectativas mesiánicas que había en Judea, era importante que el Bautista aclarara su relación con respecto a ellas. Él no era la Luz, pero había sido enviado por Dios para dar testimonio de la Luz y preparar la venida del Mesías (Juan 1:6-8). Por eso les respondió tan claramente como pudo, diciendo: “Yo no soy el Cristo” (Juan 1:20).

Además, Juan bautizaba con agua, pero Cristo bautizaría con el Espíritu (Juan 1:26, 33). Juan no era digno de desatar la correa de las sandalias de Jesús (Juan 1:27). Cristo superaba a Juan, pues existía desde antes que él (Juan 1:30). Jesús era el Hijo de Dios, y Juan se limitó a señalarlo como tal (Juan 1:34).

Lee Isaías 40:1 al 5 y Juan 1:23. ¿Cómo utiliza Juan estos versículos?

En la época de los caminos repletos de huecos y rocas, a veces se enviaban siervos delante del rey para nivelar la superficie de las calzadas, eliminar las curvas cerradas y allanar así el camino del soberano. En cumplimiento de la profecía, Juan vino con el fin de preparar el corazón de las personas para Jesús.

¿Cómo deberíamos los adventistas del séptimo día cumplir el mismo tipo de ministerio que Juan el Bautista? ¿Cuáles son los paralelismos?