«Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos» (Ose. 14: 4).

MÁS ALLÁ DE LAS EXPECTATIVAS RAZONABLES

domingo 29 de diciembre, 2024

Dios no solo nos pregunta: «¿Me amas?», sino que también ama a cada persona, y lo hace de pura gracia. De hecho, nos ama a ti y a mí, y a todas las personas, más de lo que podemos imaginar. Conocemos este amor por la forma en que ha actuado a lo largo de la historia de su pueblo.

Lee Éxodo 33: 15 al 22. Considera el contexto de estos versículos y la narración en la que aparecen. ¿Qué revela este pasaje, especialmente el versículo 19, acerca de la voluntad y el amor de Dios?

Todo parecía perdido. Poco después de que Dios liberara a su pueblo de la esclavitud en Egipto, Israel se rebeló contra él y adoró un becerro de oro. Cuando Moisés bajó del monte, vio lo que habían hecho y arrojó las tablas que contenían los Diez Mandamientos, las cuales se hicieron añicos. Aunque el pueblo había perdido todo derecho a los privilegios y las bendiciones del pacto que Dios les había concedido de pura gracia, el Señor decidió aun así continuar en la relación de pacto con ellos, a pesar de que eran indignos de las bendiciones de aquel acuerdo.

Las palabras de Éxodo 33: 19, «tengo misericordia del que quiero tener misericordia, y soy clemente con quien quiero ser clemente», a menudo se malinterpretan en el sentido de que Dios elige arbitrariamente ser compasivo y misericordioso con algunos, pero no con otros. Sin embargo, a la luz del contexto, Dios no está afirmando aquí que él arbitrariamente será misericordioso y compasivo con algunos y no con otros. No es así como Dios actúa, contrariamente a lo que dice la teología popular según la cual Dios predestina a algunos para que se pierdan y enfrenten la condenación eterna.

¿Qué está proclamando Dios aquí? Esencialmente, que como Creador de todo, tiene el derecho y la autoridad de conceder gracia y compasión libremente incluso a las personas que menos lo merecen. Y lo está haciendo en esta situación, incluso después de la rebelión del becerro de oro, al conceder misericordia a su pueblo, Israel, aunque no lo mereciera.

Este es uno de los muchos casos en los que Dios manifiesta su amor y lo hace más allá de cualquier expectativa razonable. Buenas noticias para todos nosotros, ¿verdad?

¿De qué maneras Dios sigue manifestando su amor por ti, incluso más allá de lo que podrías esperar?