“Y cuando sus hijos les pregunten: ‘¿Qué significa este rito?’, responderán: ‘Es la víctima de la Pascua en honor del Señor, que pasó por alto las casas de los israelitas en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas’ ” (Éxo. 12:26, 27).
PÉSAJ
Lee Éxodo 12:17 al 23. ¿Qué papel desempeña la sangre en la celebración de esta nueva festividad religiosa?
La sangre del cordero sacrificado era un elemento clave en esta celebración. Quienes participaban de esta, mojaban con ella los marcos de las puertas de sus casas. De este modo, demostraban su fe en que Dios los libraría de lo que tendrían que afrontar quienes no estuvieran protegidos por la sangre.
¡Qué poderosa representación de lo que significa el evangelio! El cordero pascual tenía que ser sin defecto pues señalaba a Jesucristo, “¡el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” La sangre del animal cumplía una función crucial: simbolizaba protección y era una señal de vida en un momento de muerte. “La sangre será la señal de las casas donde ustedes estén. Al ver la sangre, pasaré de largo, y no habrá entre ustedes mortandad cuando yo hiera la tierra de Egipto” (Éxo. 12:13).
Todo el evangelio estaba asociado con la celebración de la Pascua porque esta no solo apuntaba a la liberación de la esclavitud y la partida hacia la Tierra Prometida, sino también al sacrificio de Jesucristo por nuestros pecados y a sus méritos aplicados a todos los que están cubiertos por su sangre.
Siglos más tarde, Pablo escribió lo siguiente al recordar esta celebración: “Límpiense de la vieja levadura, para que sean nueva masa sin levadura como son. Porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (1 Cor. 5:7).
La levadura, o fermento, era utilizada para preparar masas de diversos tipos. Se la menciona por primera vez en la Biblia en relación con la preparación del pan ácimo (sin levadura) en la víspera de la salida de los israelitas de Egipto. También era necesario eliminar la levadura de sus casas (Éxo. 12:8, 15-20; 13:3-7). En este contexto concreto, la levadura era un símbolo de pecado (1 Cor. 5:6-8). Por lo tanto, no debía ser utilizada en el contexto de la fiesta de la Pascua durante una semana.
El pan sin levadura es un símbolo del Mesías sin pecado, quien venció todas las tentaciones y dio su vida por nosotros (Juan 1:29; 1 Cor. 5:7; Heb. 4:15). El “manojo de hisopo” empapado en sangre simbolizaba la gracia purificadora de Dios (Sal. 51:7). En resumen, la obra redentora de Jesús era revelada a lo largo de la Pascua.
¿Qué nos dice acerca de la gravedad del pecado el hecho de que fuera necesaria la sangre de Jesús, Dios mismo, para expiarlo?