El pecado de David y sus consecuencias: ¿justicia o misericordia divina?

07 mayo, 2011

EL PECADO DE DAVID Y SUS CONSECUENCIAS: ¿JUSTICIA O MISERICORDIA DIVINA?

El fundamento del gobierno de Dios descansa en dos grandes atributos: su justicia y su misericordia. Cuando es necesario definir un caso como el de David, ¿hacia dónde se inclina la balanza? ¿En qué encuentra su mayor deleite el Señor?

IV. UNA SENTENCIA JUSTA O GRACIA PERDONADORA

Al escuchar la parábola del hombre rico abusivo, David únicamente cedió a sus impulsos humanos de justicia. Mas aún, si esto realmente había ocurrido en la vida real, en su posición de rey estaba listo para hacer justicia inmediata. ¿Acaso una maldad de tal magnitud podría ser pasada por alto sin su justa retribución? Hasta este punto, es fácil adelantarse para condenar a David por mirar la paja en el ojo ajeno y no mirar la viga en su propio ojo (Mat 7:3). Sin embargo, ¿acaso no estaba David reaccionando como lo haría cualquier cristiano desprovisto del sentido correcto de la gracia divina? Después de todo, sería lo correcto tratar de hacer justicia por nuestra propia mano lo antes posible.

1. ¿Si hubiese estado en nuestras manos el poder decidir la suerte de David, que habríamos determinado? ¿Acaso él mismo ya había declarado su propia sentencia? Finalmente, el método para agarrarlo con "las manos en la masa" había funcionado a la perfección, ¿o teníia Dios otro propósito en mente a fin de hacerlo más susceptible a su gracia?

¿Qué determinaríamos para David si hubiese estado en nuestro poder decidir su caso?

a. Diríamos que el mismo David había dictado su sentencia de que tal hombre merecía la muerte y por lo tanto aplicaríamos lo que el mismo había determinado, ya que también estaba en armonía con la ley mosaica.

b. Abogaríamos por él, argumentando que siempre había tenido un buen proceder y por lo tanto tenía el derecho a ser perdonado ahora que se había equivocado.

c. Pediríamos que se le perdonara pero que en consecuencia se le depusiese del trono y que se le fichase de por vida.

V. DAÑOS EVADIDOS O REPARADOS

Resulta fácil pensar, que aun cuando el perdón fue concedido a David, se podría hacer una lista de daños causados que requerían una justa reparación. Pensándolo bien, aunque algunos ya eran irreparables, como traer de vuelta a la vida a un hombre injustamente asesinado o quitar el oprobio que había causado al nombre de Dios el pecado de David ante las naciones vecinas, este último de acuerdo al criterio de Dios tendría una consecuencia inmediata, una víctima inocente. "Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá" (2 Sam 12:14). Desde una perspectiva humana, ¿no podría parecer que ahora Dios está inclinando la balanza demasiado hacia el lado opuesto? Finalmente quien había cometido el pecado era David ¿Por qué cobrar la vida de un inocente infante? ¿Cómo podríamos explicar la gracia en esta decisión divina?

¿Qué respuesta daríamos a las preguntas previas con respecto a la muerte de un inocente?

a. El niño desde una perspectiva moral era el resultado de una relación ilícita y por lo tanto el determinar su muerte era parte de la consecuencia del pecado.

b. No se puede explicar la justicia de Dios porque en este caso el hijo está pagando por el pecado de los padres, lo cual es contrario al principio establecido por Dios en las Escrituras que "el hijo no pagará por el pecado del padre". (Eze 18:20).

c. Podríamos argumentar que fue un acto de bondad divina hacia un niño que sería señalado entre las gentes como el resultado de un pecado tan agravante y por lo tanto sería objeto de burla él y la causa de Dios.

VI. PERDÓN O CONSECUENCIAS

No siempre resulta congruente aceptar que hemos sido perdonados mientras sufrimos las consecuencias de un pecado que hemos cometido. Finalmente, ¿si Dios dispensó a David de morir, no podría también haberlo librado de las otras consecuencias y evitarle sinsabores en el futuro?

La casa de David se vio llena de situaciones indeseables: la violación de su hija Tamar, la muerte de su hijo Amnón y la rebelión de Absalón, incluyendo la violación de sus concubinas, ¿deberían ser consideradas como parte de las sentencias divinas por su pecado o como un resultado del efecto que este pecado tuvo en su familia?

Qué responderíamos a la pregunta: ¿podría haberlo librado Dios también de estas situaciones?

 a. Dios libró a David de la consecuencia de morir por su pecado porque David era el rey y su ungido, y por lo tanto era merecedor de la gracia divina más que otros individuos. Sin embargo, David tenía que pagar algunas consecuencias porque el pecado siempre trae consecuencias.

b. Al parecer este relato en la vida de David nos enseña que Dios puede perdonar y aun librar de consecuencias donde interviene únicamente su voluntad; sin embargo, cuando la voluntad y las decisiones de otras personas están involucradas se podrían esperar resultados nefastos.

c. Dios permitió que David sufriera los problemas que le sobrevinieron luego a su familia para que pudiese recordar la gravedad del pecado y no incurriese nuevamente en él.

Es difícil justificar la gracia de Dios en casos como el de David cuando es vista desde una perspectiva de juicio o justicia humana. Sin embargo, aunque la gracia de Dios podría ser catalogada como minimizando el pecado en casos como estos, no se puede negar que fue la forma en que Dios aplicó su gracia lo que hizo posible que David abriera su corazón al reconocimiento, el perdón y la restauración. ¿Podría ser el caso de David un modelo de perdón efectivo en nuestros días?

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