¿ES BUENA TODAVÍA LA CIRCUNCISIÓN?

24 septiembre, 2011

El rito de la circuncisión, así como otras leyes de salud en el pueblo de Israel, tenía un doble propósito: uno espiritual y simbólico y otro de salud o higiénico.

Relacionado con el propósito espiritual y simbólico de la circuncisión, Dios estableció un pacto con Abrahán prometiéndole que a través de “su Simiente”, que es Cristo (Gén 12:7 cf. Gál 3:16), serían benditas todas las naciones de la tierra (Gén 12:1-3). Ese pacto fue confirmado y se le agregó la promesa de la herencia de la tierra de Canaán (Gén 17:7-8).

La circuncisión que es el acto de remover el prepucio del órgano sexual masculino (Gén 17:10), es una señal del pacto entre Dios y los descendientes de Abrahán. Dios, al pedir a todos los varones descendientes de Abrahán que se circuncidaran, tenía como propósito recordarles que era a través de uno de la “simiente” de Abrahán, que él cumpliría su promesa de darles una herencia territorial y salvación eterna. Ellos, por su parte, al circuncidarse, se comprometían a ser un pueblo santo, apartado y diferente de las demás naciones (Ex 19:5, 6). Ellos también iban a ser los canales de la bendición divina para llevar salvación a todas las naciones.

Dios cumplió su promesa al enviar a Cristo para darles vida eterna (Juan 1:14; 3:16). En Cristo, todas las naciones de la tierra que le acepten llegan a ser simiente de Abrahán (Gál 3:29). Desafortunadamente el pueblo no fue fiel a su pacto, pues aunque estaban circuncidados, su vida no evidenció esa separación del mundo. Por lo tanto, aunque ellos no fueron fieles al pacto, Dios si lo fue. La circuncisión por eso ya no tiene más el significado espiritual y simbólico que tenía. Ahora la fe en Cristo y el bautismo tomaron el lugar de la circuncisión (Col 2:11-12).

Pero surge una pregunta, ¿entonces la circuncisión ya no tiene ningún valor? Como símbolo espiritual del pacto no tiene ningún valor (Gál 5:6), eso fue afirmado en el concilio de Jerusalén (Hech. 15:23-29). Sin embargo, como mencionamos al principio de este tema, la circuncisión tiene una dimensión más allá de su significado espiritual, y es su aspecto higiénico o de salud. Dios tenía un propósito adicional al pedir la remoción del prepucio en el hombre. Por años es sabido que entre los judíos hay una menor incidencia de cáncer uterino en las esposas, en comparación con otros pueblos que no practican la circuncisión.

Aunque en el área médica se comentaba este hecho, había reticencia en afirmarlo en forma categórica. Recientemente un estudio científico ha demostrado que la circuncisión ayuda en la disminución de la incidencia de cáncer uterino y verrugas genitales en las mujeres. La explicación que este estudio da es que, "al parecer se debe a que los hombres circuncisos tienen menos probabilidades de contraer el virus de papiloma humano, al cual se le cree responsable de hasta el 99 por ciento de los casos de cáncer en el cuello del útero". [1] El equipo investigador encabezado por Xavier Castellsague, del Hospital Llobregat de Barcelona (España), sostiene que la circuncisión también beneficia a los hombres porque disminuye la probabilidad de padecer verrugas genitales. Nos dice la nota que Castellsague y sus colegas “analizaron siete estudios en cinco países y tres continentes, y encontraron el virus de papiloma humano en casi el 20 por ciento de los hombres sin operar y en menos del 6 por ciento de los circuncidados”. Además, según el estudio, “las probabilidades de que las mujeres desarrollen cáncer del cuello de útero resultaron por lo menos un 58 por ciento menores si su pareja actual estaba circuncidada, aún si éste tenía un historial de relaciones con muchas mujeres”.

Por lo tanto, aunque la circuncisión no tiene ya el valor espiritual porque la promesa de la simiente se cumplió en Cristo, en su dimensión de salud, todavía es bueno practicarla, tanto por propio beneficio para el hombre como para el de su pareja.


[1]“La circuncisión de hombres es buena para mujeres, según estudio”

http://www.terra.com/salud/articulo/html/sal1393.htm,tomado el 26 de agosto de 2011.

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