¿Si el deterioro del medioambiente es parte del cumplimiento de las profecías por qué deberíamos cuidarlo?
Jose Mercedes Espinosa
El deterioro ambiental fue predicho por el profeta Isaías quien declaró que la tierra se envejecería como ropa de vestir (Isaías 51:6) y que se tambalearía como un borracho y sería removida como una choza (Isaías 24:20). Por lo tanto en este tiempo del fin no podemos esperar algo diferente. Elena de White afirma que "No debemos quedar sorprendidos en este tiempo por acontecimientos grandes y decisivos; porque el ángel de la misericordia no puede permanecer mucho más tiempo para proteger a los impenitentes" (Profetas y Reyes, 208).
Ciertamente el deterioro de la naturaleza es parte del cumplimiento de las profecías. Pero al analizar más a fondo los pasajes bíblicos encontramos que ese deterioro es producto del pecado y está en oposición al plan original de Dios. Isaías 61:6, el texto que citamos arriba también declara que aunque la tierra "envejezca" la salvación del Señor será para siempre y su justicia no perecerá. Hay un contraste entre las consecuencias del pecado y la intervención de Dios para redimirnos. De modo que cuando participamos en el deterioro ambiental estamos colocándonos de parte del pecado y de parte de Satanás, pues es él quien ha producido todo este deterioro.
Por otro lado, Apocalipsis 11:15-19, al describir los eventos relacionados con la séptima trompeta, señala el triunfo glorioso de nuestro Dios quien toma el poder y el reino, y describe el juicio final sobre la humanidad. Ese juicio incluye dar el galardón "a los santos, y a los que temen tu nombre" (Apoc. 11:18). Y en oposición a eso, el texto declara que el juicio incluye "destruir a los que destruyen la tierra".
Podemos afirmar en base a los textos citados que el deterioro del medio ambiente es contrario al plan de Dios como lo es el pecado. Así como debemos apartarnos del pecado, necesitamos cuidar el medio ambiente pues su deterioro es obra del pecado y no de la gracia de Dios. Al final serán destruidos los que destruyen la tierra. Quienes hemos sido llamados a colocarnos de parte de Dios y su justicia necesitamos oponernos firmemente a la destrucción de la tierra, la cual sigue siendo nuestra morada mientras esperamos nuestra liberación, en ocasión de la segunda venida de Cristo.