Si la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas, ¿por qué deberíamos preocuparnos por su deterioro?

18 febrero, 2012

Efectivamente "todas estas cosas han de ser deshechas" (2 Pedro 3:11) y "los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos" (2 Pedro 3:7). Todas las cosas materiales serán destruidas en ocasión de la segunda venida de Cristo y el Señor creará nuevos cielos y nueva tierra (Apoc. 21:1).

¿Nos libera de la responsabilidad de cuidar del medio ambiente el hecho de que todo esto va a ser destruido? Es cierto, las cosas materiales van a ser destruidas porque debido al pecado se arruinó la creación de Dios. Recordemos que "Satanás es el que destruye; Dios el que restaura" (Ministerio de Curación, 75). Por lo tanto la destrucción final será el resultado extremo del pecado y de quienes permanecieron en alianza con Satanás. Pero los fieles hijos de Dios saben que la naturaleza es la creación de Dios, la cual revela su carácter. Por lo tanto, somos responsables de cuidar la naturaleza no solo porque vivimos en medio de ella, sino porque es un libro que aún revela el carácter de nuestro Dios.

Satanás de ha ocupado de destruir las obras de Dios a fin de desfigurar su carácter. Era el plan de Dios que la naturaleza revelara su amor a los seres humanos. La naturaleza es el segundo libro de Dios el cual manifiesta Su carácter (el primero es la Biblia), pero Satanás ha desfigurado la naturaleza a fin de desfigurar el carácter de Dios. Al unirnos en el deterioro de la naturaleza nos unimos con Satanás y contribuimos a que el carácter de Dios sea malentendido.

La destrucción final de la tierra será obra de Dios como una expresión de su juicio final contra el pecado y sus obras. Mientras tanto, sigue siendo la creación de Dios sobre la cual ejercemos mayordomía, pues nuestros primero padres recibieron la encomienda de cuidar de la tierra y de lo que en ella hay. Génesis 1: 26 y 28 indica que Dios puso al hombre para "señorear" sobre la creación y le dijo: "llenad la tierra y sojuzgadla".  "Al transferir a Adán el poder de gobernar sobre toda la tierra, Dios tenía el plan de hacer del hombre su representante, o virrey, sobre este planeta" (Comentario Bíblico Adventista, I:228).  Esta posición coloca al hombre como mayordomo de los bienes de Dios que son su creación.  Respecto al jardín del Edén claramente la Escritura señala que Dios puso al hombre "para que lo labrara y lo guardase" (Gén. 2.15).

El hombre quedó como responsable de cuidar la creación de Dios como un mayordomo. Si hacía mal uso de esa propiedad, al pedírsele cuentas de su mayordomía quedaría como un mal mayordomo. Tristemente, debido a la entrada del pecado, Satanás arrebató al hombre ese derecho quedando él como el príncipe de este mundo (Juan 12:31) Satanás se ha ocupado de destruir la creación de Dios, y todos los que hace lo mismo se convierten en sus aliados, y al final serán destruidos para siempre y Dios formará una nueva creación "cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (2 Pedro 3:13).

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