¿Contesta Dios las oraciones?

03 marzo, 2012

Todos en algún momento de nuestra vida cristiana hemos acudido a Dios en medio de la desesperaciónpara pedirle su intervención por una situaciónespecial de sanidad, finanzas o protección sin haber recibido una respuesta a nuestra oración.  Debo reconocer que el aparente silencio de Dios es sumamente perturbador para la finita mente humana, especialmente cuando por otro lado somos testigos deimpresionantes testimonios de su sobrenatural intervención en circunstancias similares a favor de otros.  El creyente es entonces asediado por pensamientos tales como; si Dios hizo eso por esa persona ¿por qué no lo hizo por mí?  ¿Por qué Dios rechazó escuchar mis oraciones?  ¿En verdad le importo a Él?  ¿Se interesa genuinamente por mis problemas?  En otras ocasiones, el enojo y la incredulidad son la reacción consecuente a las oraciones no contestadas.

Sin embargo, las Sagradas Escrituras enseñan que Dios contesta las oraciones.  En Jeremías 33:3 el Señor declara:  "Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces".  En este texto, la afirmación divina de responder a nuestras oraciones es contundente; de manera que si somos hijos de Dios y andamos en conformidad con él, la única oración que Dios no contestará es aquella que no se hace.

Otra verdad bíblica que debemos tener presente es que a Dios le importamos por que somos sus criaturas.  Jesús en cierta declaró:  "Fíjense en la aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?" [i].  En Isaías 40:25,26 encontramos la siguiente argumentación: "¿Con quién me van a comparar?  ¿Quién es mi igual?, dice el Santo.  Miren hacia los cielos ¿Quién creó todo esto?"  Y Él contesta por sí mismo:  "El que lidera las huestes celestiales una por una y las llama a todas por su nombre.  Por Su fuerza poderosa y gran poder no falta ninguna".Si a Dios le importa cada una de las miles de millones de estrellas que hay en el universo y sabe el nombre de cada una de ellas, entonces le importas tú.  Te conoce, tiene conciencia de ti y de tus asuntos porque te ama.

No obstante lo anterior, aún persiste el asunto de que ciertamente hay ocasiones en que Dios contesta que "no" y existen al menos tres razones. Primero; Dios mira las cosas desde una perspectiva diferente a la nuestra.  Como humanos, tenemos una visión limitada de las cosas, no podemos ver el futuro; Dios sí puede hacerlo.  El apóstol Pablo en Hebreos 4:13 afirma: "No hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta". Cuando Dios no contesta nuestras oraciones como hemos pedido debemos confiar en la visión panorámica del futuro que Dios tiene de todas las cosas.

Segundo; Dios siempre tiene algo mucho mejor para nosotros.  Según Isaías 55:8 los planes de Dios para nuestra vida son muy superiores a los nuestros:  "Porque mis pensamientos no son vuestro pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos".  Que maravilloso pensar que Dios tiene planes más excelsos para mi vida.  Por eso debemos tener la certeza de que cuando Dios dice que no, es porque él tiene un mejor plan para nuestra vida, aunque esto signifique que la oración no sea un seguro para garantizar una vida sin dolor ni dificultades.

Tercero; Dios siempre tiene un propósito en todo lo que permite en nuestra vida y en este propósito nos convertimos en sus agentes colaboradores para que otros le conozcan a través de nuestro testimonio.  Elena G. de White escribió en cierta ocasión:  " Dios no guía jamás a sus hijos de otro modo que el que ellos mismos escogerían, sí desde un principio pudieran ver el desenlace, y discernir la gloria del designio que están cumpliendo como colaboradores de Dios" [ii]. En cierto modo, es fácil confiar en Dios y ser sus colaboradores cuando todo está bien, cuando Dios nos contesta que sí.  Sin embargo, cuando en medio del dolor y la tragedia manifestamos confianza absoluta en Dios, esto se convierte en un poderoso testimonio a favor de nuestro Señor.

Pronto llegará el día cuando ya no necesitaremos orar, por que el gran conflicto terminará y nos comunicaremos cara a cara con Jesús.  En este marco me han resultado alentadoras las siguientes palabras del espíritu de profecía: "Cristo llevará a sus redimidos a lo largo del río de la vida, y les explicará todo lo que les fuera motivo de perplejidad en este mundo.  Los misterios de la gracia se descubrirán ante su mirada.  Allí donde sus mentes finitas sólo discernían confusión y desorden, percibirán la más perfecta y hermosa armonía" [iii].  Que reconfortante es saber que pronto, a la luz de la eternidad encontraremos una explicación a los "no" de Dios en esta tierra y veremos las cosas en su correcta perspectiva eterna.


[i] San Mateo 6:25

[ii] White, Elena G. de. Dios nos Cuida. Pág. 74

[iii]________. Joyas de los Testimonios.  Tomo 3. Mountain View, California: PacificPress Publishing Association, 1985: 443.

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