¿Apreciamos a las personas creativas y artísticas entre nosotros?

10 marzo, 2012

Hoy sólo quiero escribir a unos pocos de ustedes, que en algunas ocasiones pueden sentirse malentendidos en nuestra sociedad y en nuestra iglesia. El resto de ustedes también están invitados a leer el artículo con el propósito de que entiendan mejor este grupo—y entiendan a Dios que hizo a estas personas como son.

Estoy escribiendo a ustedes, personas creativas y artísticas.

Todos entienden porqué necesitamos médicos, enfermeras, y dentistas. Su contribución a la sociedad es muy obvia.

Los ingenieros construyen caminos, máquinas y computadoras. Los químicos crean materiales mejores, más fuertes, y más baratos que los ingenieros pueden usar. Los pilotos, los asistentes de vuelo y las azafatas nos ayudan a llegar a lugares muy lejanos en forma rápida. Los que trabajan en la iniciativa privada, los negociantes, los contadores y los líderes, crean compañías y por lo tanto toda nuestra economía funciona eficientemente (es decir, con rentabilidad). Los agricultores producen comida. Los peluqueros cortan nuestro cabello. Los operadores de camiones de remolque transportan cosas de un lado a otro.

La mayoría de los trabajos que vemos a nuestro alrededor tienen mucho sentido para nosotros. Nadie cuestiona la elección de profesión de aquellos cuyos sueños y talentos reside en la miríada de estas carreras prácticas y útiles.

Pero, ¡qué de aquellos que son sencillamente … artistas! Posiblemente son buenos escribiendo poesía. ¿Necesita el mundo realmente otro poema? ¿O pintores, escultores, y decoradores? ¿Necesitamos más … cómo decirlo … detalles decorativos y hermosos pero inútiles?

¡Sí, yo pienso que así es! Necesitamos cosas bellas, hermosas, inspiradoras alrededor de nosotros.

¡Dios nos creó de esta manera!

Muchos años atrás, a principio de los años noventa, viaje por un mes alrededor de toda Europa con mi primo. Empezamos en Escandinavia al norte, de donde somos, y fuimos viajando hacia el sur a través de Europa Occidental. Después tomamos un barco desde Italia para ir a Grecia, y entonces subir por Europa Oriental.

Debido a qué esto ocurrió muy poco después de la caída del comunismo en 1989 (sí, lo que está en los libros de historia fue parte de mi vida. No experimenté, sin embargo, la Segunda Guerra Mundial. Eso es parte de la historia de la niñez de mis padres), la vida en Europa Oriental en aquellos tiempos todavía era muy pobre y ¡ fea!

Literal y honestamente, todo se veía muy gris, aburrido y pálido.

La estética, que es el término técnico sofisticado que refiere a lo que tiene que ver con lo bello e inspirador, no estaba muy arriba en la lista de prioridades de los arquitectos, constructores e ingenieros durante la era soviética. Sólo las cosas "materiales" eran importantes. El trabajo de la sociedad era producir una cantidad específica de carros, complejos de departamentos, y piezas de pan.

Para los planificadores en los enormes edificios de gobierno, era menos importante el sabor del pan, la forma en que las cosas se veían, y cualquier cosa que uno sintiera y experimentara.

Nuestro Dios no es así.

El Dios que se encarga de que todo el universo se mantenga funcionando, toma tiempo para crear cosas bellas.

Después de cada día de la creación (Génesis 1), Dios concluyó con el pensamiento: "esto era bueno" (e.g., Gen. 1:25).

Después de que creó a Adán y Eva a su propia imagen, Él "consideró que era muy bueno" (Gen 1:31).

Después de llamar a los Israelitas para que fueran su voz y representantes en este mundo, Dios los instruyó con mucho cuidado acerca de cómo debían construir la casa en la que Él residiría entre ellos. ¡El santuario tenía que ser bello! Los capítulos 25–31 de Éxodo están llenos de instrucciones detalladas de parte del Dios del universo explicando a los Israelitas con exactitud cómo Él quería que fuera construida su casa. Esto incluía todo tipo de profesiones, como trabajadores de metal, ebanistas, diseñadores textiles y músicos.

Ahora, espera un momento.

¿Le pidió Dios a artistas humanos que hicieran una casa para Él? ¿No podía el Creador del universo—Génesis 1—construir su propia residencia en un fin de semana, o en un segundo? ¿Por qué era necesario todo el sudor, trabajo, y habilidades creativas de miles de humanos a través de meses y meses de labor intensiva?

Porque Dios sabe cuán apasionante es ser creativo y artístico, y Él quiere que disfrutemos con Él toda esa emoción.

Dios es un Dios de belleza. Algunos de nosotros habríamos escrito la Biblia como un tratado de 28 doctrinas directas al punto. En cambio, Dios escogió que Su Palabra para nosotros estuviera llena de belleza y sofisticación y poesía emocional. Su Palabra también contiene narrativas cautivadoras que nos hacen pensar. Y tramas sorprendentes e intrincadas que nos impactan, nos entristecen, o nos alegran y nos hacen más sabios. O cartas personales y prácticas y profecías apocalípticas llenas de símbolos que estimulan tanto nuestra imaginación como nuestro pensamiento (recuerda Daniel 7: donde 4 animales de apariencia absurda salen del mar).

Oh sí, Dios es un Dios de belleza. Él es artístico. Dios ama las cosas que son agradables, bellas, inspiradoras aún cuando aparentemente no tienen otra utilidad que hacer nuestras vidas más bellas e inspiradoras.

Tú sabes quién eres. Si Dios te ha llamado a ser un artista creativo de cualquier tipo—con tus manos, tus palabras, tus ojos, tus oídos—entonces no seas duro contigo mismo. Puede ser que el mundo a tu alrededor no siempre entenderá por qué te encanta hacer lo que haces, por qué escogiste la carrera que escogiste.

Pero Dios te entiende perfectamente. Él te creo exactamente como eres—porque eres, en cierta manera, como Él.

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