Dios inventó el amor
Teodoro Yayé Bull
Cuentan Mann y Witschonke (2008) que en el año 1612 d.C. Shah Jahan, heredero del Imperio mongol, se casó con una joven de 19 años llamada Mumtaz Mahal de la cual estaba perdidamente enamorado. Ella llegó a ser su esposa y constante compañera y fueron felices. Lamentablemente, Mumtaz Mahal no vivió mucho tiempo porque murió cuando estaba dando a luz a su catorceavo hijo. Pero antes de morir le pidió a su esposo que le prometiera cuatro cosas: que se casara otra vez, que cuidara a sus hijos, que le construyera a ella una tumba y que cada año visitara su tumba. Shah Jahan emprendió entonces una de las obras arquitectónicas más hermosas de la historia de la humanidad, el Taj Mahal, que según Montemayor y De León (2011), fue elejido en el año 2007 como una de las siete maravillas del mundo moderno. ¿Qué motivó a este emperador mongol emprender esta obra tan maravillosa? El amor ¡es conmovedor! El amor inspiró este hombre a dar todo lo que tenía para cumplir el último deseo de la que fue su esposa. Es con mucha razón que Betancourt Sánchez (2007) afirmó que el amor inspira acciones luminosas e inmortales. Martínez (2007) por su parte dice que el amor inspira a entregar todo de forma generosa. Abreu (1875) por otro lado dice que el amor es una necesidad de nuestro ser por eso es bello observar gente enamorada, es hermoso escuchar historias de amor, y es maravilloso enamorarse. Por otro lado, es sorprendente conocer lo que sucede en nosotros cuando nos enamoramos. Según Mabel (2009) los científicos que estudian la dinámica del cerebro y sus cambios se encuentran intrigados por los cambios que se producen a nivel cerebral cuando uno se enamora. De hecho según Redolar (2009) cuando estamos enamorados, nuestro cerebro presenta unos patrones de activación muy diferentes de cuando no estamos enamorados. Ante estas realidades nos preguntamos ¿por qué tantos cambios en nuestro ser cuando nos enamoramos? ¿Por qué es tan bello enamorarse? ¿Por qué los que se enamoran son capaces de entregar todo? ¿Por qué al enamorarse somos capaces incluso de dar nuestra vida por la persona que amamos? La respuesta es sencilla, como dijera Revelo (1999), Dios inventó el amor. ¡Maravillosa verdad! Es decir que el amor viene de Dios. Él es la fuente de amor. Dios es quien creó a Eva e inspiró en Adán la primera poesía de amor: "esto sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne" (Génesis 2:23). Dios es quien creó la sexualidad e inspiró las palabras "entonces dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y será una sola carne" (Génesis 2:24). Dios fue quien unió en amor a Isaac y Rebeca de tal manera que de ellos se escribió: "Isaac la llevó a la tienda de su madre Sara, recibió a Rebeca por esposa y la amó" (Génesis 24:67). Dios fue quien inspiró al rey Salomón a fin de escribir uno de los más hermosos poemas de amor, el Cantar de los cantares, donde se encuentran estas palabras llenas de pasión: "ponme como un sello en tu corazón, como una señal sobre tu brazo; porque fuerte como la muerte es el amor" (Cantares 8:6).
Sin duda Dios es quien puso en el corazón humano la capacidad de amar. Él inventó el amor. Él es la fuente de amor. ¿No será que cuando amamos, participamos de algo bello que Dios decidió compartir con nosotros? Te invito a considerar estas hermosas palabras que Él expresa: "Con amor eterno de he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia." (Jeremías 31:3)
BIBLIOGRAFÍA
Abreu, M. H., & Real Academia Sevillana de Buenas Letras. (1875). Discursos leidos ante la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, en las recepciones públicas de sus indivíduos. Sevilla: Impr. de R. Tarascó y Lassa.
Betancourt Sánchez, L. F. (2007) El mejor regalos. Medellín: San Pablo
Iam, Mabel. (2009). Te amo...+para siempre?/I Love You, Now What?: Como Lograr, Mantener O Rescatar El Amor/Falling in Love Is a Mystery, Keeping It Isn't. Atria Books.
Los textos bíblicos son tomados de la Reina Valera 1960.
Mann, E., & Witschonke, A. (2008). Taj Mahal. New York: Mikaya Press.
Martínez, H. H. (2007). Amor y libertad: El espíritu de la responsabilidad social. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Redolar, R. D. (2009). El cerebro cambiante. Barcelona: Editorial UOC.
Revelo, R. J. (1999). Poesía colombiana: Nuevas voces de fin de siglo. Santa Fe de Bogotá: Epsilon.