SALMO 37: Tesoro de Teología y Fe

Emmer Chacón

sábado 12 de mayo, 2012

Un cofre repleto de joyas y atesorado por incontables generaciones, el Salmo 37 nos provee una plétora de principios y promesas. Siendo un salmo acróstico,[1] cumple una función estructural. Hay cuatro salmos acrósticos en el primer libro[2] (Salmos 9-10, 25, 34 y 37) y cuatro en el quinto libro (Salmos 111, 112, 119 y 145). De esta manera los salmos acrósticos abren y cierran el primer y el quinto libro de los Salmos. Hay nexos en el vocabulario y los temas tratados entre Salmos 9-10 y el Salmo 37 como también entre el Salmo 34 y el Salmo 37 lo cual sugieren unidad composicional y editorial en el texto final de los Salmos.[3]

El Salmo 37 abre con la exposición de una advertencia a no impacientarse a causa de la prosperidad del impío. Esta advertencia se fundamenta en el ejercicio de la soberanía de Dios al juzgar al impío pues éste asecha al justo y trae sobre él tribulación, versos 12-14. El juicio divino llevará a acortar la existencia del impío, verso dos; a volver sus armas y artimañas sobre él mismo, verso 15 y finalmente aniquilarlo, versos 20, 34c, 35-36 y 38.

El Salmo 37 elabora las tribulaciones y beatitudes del justo del presente mientras se espacia en la bienaventuranza y prosperidad en la posteridad. El Salmo 37 dedica el grueso de su contenido a exhortar al justo a la búsqueda de la piedad y la integridad (versos 1, 7-8, 21b, 23, 30-31). Esta exhortación se cumple por medio de una colección de exquisitas promesas artísticamente bordadas en el Salmo. Textos tales como los hallados en los versos tres a seis contienen promesas atesoradas por generaciones. Estás promesas una vez guardadas en la memoria y en el corazón son poder de Dios para guiar (versos 11, 18, 28), sostener (versos 19, 22a, 25, 29, 34, 39-40) y finalmente transformar al creyente.

El Salmo 37 elabora sus advertencias primero y luego expone sus promesas pero son las promesas las que ocupan mayor espacio en el texto. De esta manera el Salmo 37 posee dos énfasis, uno en la urgente advertencia al justo para que éste no renuncie a la piedad ante la prosperidad del impío y el segundo, al dedicar gran parte de su contenido a las promesas de prosperidad y beatitud para el justo. De esta manera el Salmo 37 presenta un imperativo ético a través de dos estrategias retóricas: la prioridad en la presentación por un lado y el énfasis dado por la cantidad de material dedicado a cada tópico. El texto de Salmos 37 provee un ejemplo en el cual el mensaje se transmite a través de una advertencia y una plétora de promesas de bienaventuranza.

El Salmo 37 provee una exquisita muestra de la gracia de Dios y de sus angustiosos esfuerzos por atraer al hombre a sí mismo y ayudarlo a evitar la catástrofe de una vida que se intenta vivir aparte del Creador. Las promesas encontradas en el Salmo 37 han soportado incontables creyentes durante milenios y continuará haciéndolo en la medida que lo leamos y hagamos nuestras sus promesas e instrucción.



[1]
Véase Peter C. Craigie, Word Biblical Commentary: Psalms 1-50, Word Biblical Commentary, vol. 19 (Dallas, TX: Word, 2002), 128-130.

[2]Los 150 salmos están organizados en cinco libros: 1-41, 42-72, 73-89, 90-106 y 107-150. En Qumran se encontró el Salmo 151 en Hebreo 11QPsa o 11Q5. En relación al Salmo 151 en Hebreo véase James A. Sanders The Psalms Scroll of Qumrân Cave 11 (11QPsa) (Discoveries in the Judaean Desert of Jordan, vol. 4; Oxford: Clarendon Press, 1965), y Yigael Yadin, "Another Fragment (E) of the Psalms Scroll from Qumran Cave 11 (11QPsa)," Textus 5 (1966) 1-10.  

[3]Véase Led D. Maloney. "Intertextual Links: Part of the Poetic Artistry Within Book I Acrostic Psalms," Restoration Quarterly, 49 no 1 (2007): 11-21. Gerald H. Wilson, "Understanding the Purposeful Arrangement of Psalms in the Psalter: Pitfalls and Promise," in The Shape and the Shaping of the Psalter, ed. J. Clinton McCann (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1993), 42-51.