¿Estás equipado(a) para el Gran Desafío?
Marco T. Terreros
Warner Rojas es un escalador costarricense que quiere lograr, por primera vez en la historia de su país, la conquista de la montaña más alta del mundo, el Everest, con sus 8.848 metros de altura sobre el nivel del mar (msnm). Su entrenamiento, que lo ha llevado a escalar dos montañas en México y, entre ellas el pico más alto de este país, el Orizaba con sus 5747 msnm, ha sido, de verdad, muy fuerte, incluyendo 10 horas de ciclo montañismo por muchos días y caminatas con mucho peso (20 y 30 kls.) en la espalda. La preparación para lograr el mayor desafío de su vida como montañista le ha demandado sacrificio y negación propia y ha consistido de dos fases principales, la de aclimatación y la del ascenso final. Mientras escribo este artículo, Warner está en Nepal dando inicio a esta última etapa.
La conquista del Everest, cuyo nombre en Nepalés (Sagarmatha) significa “cabeza del mundo,” me recuerda de nuestro mayor desafío como jóvenes Cristianos: Alcanzar el mundo para Cristo. Es nuestra gran comisión (Mat. 28:18-20). Y las dos fases mayores del entrenamiento de Warner para el logro de su misión, me recuerdan las palabras de Jesús en Mar. 3:14, para el cumplimiento de la nuestra: “Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar.” Veo aquí dos fases o dos aspectos importantes de nuestro desafío, el uno interno, “estar con Jesús,” y el otro externo “enviarlos a predicar.” Mis comentarios se limitan mayormente al primero por razones de espacio.
Si quieres estar bien equipado para el gran desafío, es fundamental que reconozcas que es Jesús quien te hará pescador(a) de hombres para él (Mat. 4:19). Es Jesús quien te equipa con el conocimiento y las habilidades necesarias para testificar por él. A ti te corresponde buscarlo diariamente, esto es, escucharlo, en un plan de estudio y devoción personal que sea consistente a fin de que puedas estar bien cimentado(a) en tu relación con él y, luego, puedas seguir y aplicar sus enseñanzas.
Recuerda que la capacitación para testificar procede de dos fuentes:
Primero, de Cristo mismo quien en Mat. 28:18-20 nos dio los 4 absolutos que nos garantizan el éxito:
1. “Toda potestad (autoridad):” El poder es absoluto.
2. “Todas las naciones:” La cobertura es total.
3. “Todo lo que os he mandado:” Nuestro mensaje es completo.
4. “Todos los días:” Su presencia es permanente.
Segundo, nuestro poder para ser sus testigos procede del Espíritu Santo (Hech. 1:8) quien nos equipa con sus dones para el cumplimiento de la misión cuando nosotros buscamos a Jesús. Pedirlo es nuestro privilegio pues Dios ha prometido que nos será dado (Luc. 11:11-13).
A fin de lograr el cumplimiento de su misión el escalador Warner Rojas está utilizando un equipo o vestimenta particular que consiste en botas especiales y un traje también especial de plumas de cuello de ganso. Además, ha contado con la colaboración de muchas personas y ha entrenado con algunos de sus compatriotas. La moraleja es obvia para nosotros como jóvenes Cristianos en nuestra misión, que es muchísimo más importante que la de cualquier alpinista. En palabras del apóstol Pablo la invitación es la siguiente:
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo . . . Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz” (Efe. 6:11, 14-15).
Cerremos filas, hagamos equipos de trabajo, apoyémonos unos a otros. Y hablando de la necesidad de la colaboración mutua, y reconociendo nuestra necesidad del apoyo de otros, hay algo más que tú puedes y debes hacer: Infórmate de cuáles oportunidades de entrenamiento para la testificación y el evangelismo están disponibles en tu iglesia local y aprovéchalas. Y en el proceso no olvides que tu misión última, y la mía, es trabajar y hacer todo cuanto hagamos, y decir todo cuanto digamos, para glorificar a Dios (1 Cor. 10:31) pues, tal como también Elena White alguna vez lo dijo, “absolutamente todo es secundario a la gloria de Dios.” Que él te bendiga.