El verdadero evangelismo

07 julio, 2012

¿Por qué las relaciones personales con los nuevos conversos es un aspecto importante en la evangelización?

Para muchos cristianos, la evangelización tiene que ver con alcanzar un blanco de bautismos. Aunque, no olvidemos que esto es importante, pero generalmente los nuevos miembros son olvidados después de su bautismo. No tienen amigos dentro de la iglesia, el resultado es, miembros abandonando la iglesia. No olvidemos que la verdadera evangelización es construir buenas relaciones que permanezcan para siempre.

Como iglesia tenemos muchas campañas de evangelismo por lo menos una por año, los resultados son nuevos conversos que entran a la iglesia pero, un poco más tarde, desaparecen. ¿Cuál es el problema?, el problema no es que los recién bautizados dejaron de creer, el problema es que nunca se sintieron realmente parte de la iglesia. Se unieron a la iglesia por el conocimiento, pero no por sus relaciones personales. Posiblemente desarrollaron una amistad de una semana con el evangelista o una amistad con el pastor, pero no desarrollaron una relación con los miembros, no tienen relaciones personales.

"Si nos humilláramos delante de Dios, si fuéramos bondadosos, corteses, compasivos y piadosos, habría cien conversiones a la verdad donde ahora hay una sola. Pero, aunque profesamos estar convertidos, llevamos con nosotros un atado de egoísmo que consideramos demasiado precioso para desecharlo. Es nuestro privilegio depositar esta carga a los pies de Cristo, y tomar en su lugar el carácter y la semejanza de Cristo. El Salvador está esperando que lo hagamos". [1]

Las relaciones son cosas delicadas. Se forjan con mucha incertidumbre y desafíos, por el temperamento, la distancia, las emociones, las expectativas y mucho más.

Pablo siempre compartía una relación estrecha con la gente a la cual evangelizaba. La primera visita de Pablo a Tesalónica duró solo unas pocas semanas, pero su mente  fue profundamente tocada por la gente que conoció allí. Aunque Pablo había vivido entre los tesalonicenses casi durante un mes, su relación con ellos llegó a ser profunda; hasta el punto en que podía compartir con ellos sus sentimientos más íntimos. Y Pablo estaba muy ansioso por continuar profundizando esa relación. Establecer buenas relaciones con la gente a la que estamos evangelizando resulta en una verdadera evangelización.

El éxito evangelizador de Pablo resultó de las buenas relaciones con los de Tesalónica. La preocupación de Pablo por los nuevos conversos de Tesalónica duró mucho más que su campaña evangelizadora. La evangelización verdadera no debe conformarse con una mera aceptación de las creencias cristianas. La verdadera evangelización es edificar buenas relaciones que permanezcan para siempre.


[1] Testimonios para la iglesia, tomo 9, pág. 152

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