AMIGOS PARA SIEMPRE

04 agosto, 2012

Pregunta: ¿Por qué es importante cultivar la amistad entre los miembros de iglesia para el desarrollo de su fe?

El tema de esta semana aborda uno de los aspectos claves para el desarrollo de la fe cristiana: la amistad que debe cultivarse entre los miembros de iglesia.  El testimonio del apóstol Pablo que señala el amor que siempre tuvo para con sus hijos espirituales de Tesalónica, y el mismo sentimiento recíproco de ellos para con Pablo, muestra el modelo de amistad a seguir, entre los cristianos, ante el desafío de retener a los miembros en la iglesia.

En la Biblia se describe que todo hijo de Dios debe crecer en su fe, de tal manera que no sea un niño fluctuante, llevado por doquiera de todo viento de doctrina (Ef. 4:14). Ese crecimiento en la fe implica, en primer lugar, crecer en conocimiento. Eso significa, sobre todo otro aspecto, que se debe crecer en el conocimiento de Dios y “de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2P. 3:18). Porque él mismo dijo: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn.17:3).  Además, significa que se debe crecer en conocimiento de la doctrina. Esto ayudará a saber en quién se ha creído (2Ti. 1:12), pero sobre todo, será clave para estar siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que demande razón de la esperanza que hay en nosotros (1P. 3:15).

En segundo lugar, la Biblia registra que crecer en la fe implica crecer en las manifestaciones del amor. Esta clase de crecimiento solo será posible cuando Cristo se constituya en la cabeza en la vida del cristiano, de su familia, y de su iglesia. Cuando la práctica de amor se convierta en un estilo de vida de los cristianos, entonces, “se ayudarán mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, y recibirán su crecimiento para ir edificándose en amor” (Ef. 4:16). La fe cristiana se fortalece cuando se demuestra el amor en acciones de bien hacia los demás.

El apóstol Pablo, preocupado por el bienestar de sus hijos espirituales de Tesalónica, les envió a Timoteo para saber cómo se encontraban en su fe. Cuando Timoteo regresó, recibió buenas noticias de su fe y amor (1Ts. 3:6). Sin duda alguna, el apóstol, al escuchar ese alentador informe, finalmente pudo descansar de su preocupación por el bienestar de sus hijos espirituales. Sin embargo, él sabía que para que su fe no decayera ellos necesitaban seguir creciendo en el amor. Por eso, les escribió: “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros” (1Ts. 3:12).  ¿Por qué razones era tan importante, para Pablo, que los tesalonicenses crecieran en el amor? Sin duda alguna, esas mismas razones siguen siendo importantes para los cristianos de la actualidad.

Entre las varias razones por lo que es importante crecer en la manifestación del amor se encuentran las siguientes: En primer lugar, hay una razón teológica. Pablo enseñaba que crecer en la demostración del amor al prójimo significa cumplir con la ley de Dios (Ro. 13:10). Además, escribió: “servíos por amor los unos por a otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Gá. 5:13,14). El sabía que vivir en armonía con los preceptos divinos implicaba demostrar amor al prójimo. Sin duda alguna,  recordaba que Jesús mismo enseñó que cumplir con la ley divina significa amar a Dios de todo corazón y amar al prójimo como a uno mismo y que de esos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas (Mt. 22:37-40).

En segundo lugar, hay una razón social. Esta también es importante, porque crecer en la expresión del amor hacia el prójimo, especialmente a los de la familia de la fe (Gá. 6:10), significa fomentar el vínculo perfecto (Col. 3:14). Eso implica animarnos y edificarnos unos a otros (1Ts. 5:11). Todo miembro de la familia de Dios podrá permanecer firme en su fe, si en primer lugar, sirve de instrumento del Señor para brindar apoyo espiritual a sus hermanos en la fe. Y en segundo lugar, si recibe ese apoyo de los miembros de su familia espiritual cuando el mismo lo requiera. Haciendo esto, entonces, el vínculo perfecto, llamado el amor en acción, evitará que muchos abandonen la fe.

Finalmente, en tercer lugar, hay una razón misional. Es importante crecer en las manifestaciones del amor entre los miembros de iglesia porque esto significa cumplir con la misión encomendada por Jesús. Porque, cuando el amor se manifiesta en palabras, miradas, y actos entre los cristianos, entonces se cumple lo que él dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Jn. 13:35). Ese estilo de vida será un argumento muy poderoso a favor del cristianismo que los incrédulos mismos no podrán contradecir.

En el contexto de lo que se ha mencionado, el llamado de Judas es muy oportuno como conclusión de esta reflexión. El dijo: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Jud. 20,21).

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