Tensión en la disciplina redentora: ¿Lobo entre oveja…u oveja desordenada?
Roger Ruiz
Los versículos 6 y 14 tienen expresiones paralelas. Ambos aconsejan apartarse del hermano que no ande según la instrucción recibida. En cierta forma estas expresiones delimitan el tema de instrucción. La razón específica es que algunos "andan desordenadamente" (Ver 11). El apóstol define este andar como "no trabajando en nada". Una vez establecida la directriz, el apóstol hace una aclaración en el versículo 15: "no lo trates como a enemigo".
Si bien, Pablo aconseja cómo tratar al enemigo (Rom 12:20), en nuestro pasaje el contexto sugiere que la palabra "enemigo" se entienda como no guardar ninguna relación con la persona. Cómo puede ser posible "apartarse" y "no tratar como enemigo"; o, "no juntarse" y a la vez "amonestar". Existe una tensión en la instrucción apostólica. Se puede decir que ésta es la tensión de la disciplina redentora. El texto sugiere mantener un equilibrio adecuado para esta tensión.
Primero, existe una diferencia de personas. Por un lado, en el versículo 2 el apóstol menciona a los hombres perversos y malos. El adjetivo "malos" (poneros)es atribuido a personas moralmente corruptas y maliciosas. Por el otro, a los que andan "desordenadamente" se les atribuye el vocativo "hermano" (vers. 6, 15). ¿Cuál es la diferencia entre los "hombres malos" y los "hermanos desordenados"? Aclarando la condición de los hombres malos, Pablo añade "no es de todos la fe". En esta expresión encontramos un deseo implícito. Pablo quisiera que todos tuvieren fe pero no todos la tienen. Quienes no tienen fe son los hombres perversos y malos. En este contexto, Pablo define al malo como quien no tiene fe, independiente de sus obras. En contraposición, el "hermano desordenado", aunque sus obras no están de acuerdo a su fe, su fe se mantiene.
He aquí la lucha del cristiano. Tiene fe en Dios pero su naturaleza humana lo lleva a cometer errores. Los reiterados errores pueden llevar a una condición de "no fe". Antes de que esto suceda es necesario amonestar a quien es aún hermano. No obstante en el acto de disciplina debe recordarse que se está tratando con un hermano no con un enemigo o, como podría decir el contexto, un hombre perverso y malo.
Segundo, existe una diferencia de locación. El original presenta a los "hombres perversos" como personas "fuera de lugar" (atópos). Aunque el término tiene connotaciones morales, a saber, "inapropiado", "impropio"; el contexto podría permitir rescatar el matiz semántico de locación. Un "hombre perverso" (Traducción Reina Valera 60) es quien está fuera de lugar en la congregación. Mientras que Pablo dice que los "hermanos desordenados" están "entre vosotros" (ver. 11). Este no es el caso de "lobos entre las ovejas" sino de "ovejas mal portadas" pero que siguen siendo "ovejas". El hermano desordenado sigue teniendo un lugar entre los hermanos.
Ahora bien, el desafío espiritual es apartarse del hermano desordenado para amonestarle, pero no apartarse tanto que él piense que ya no tiene un lugar en la congregación. No juntarse con el hermano desordenado para disciplinarle, pero no hacerlo tanto como para que él perciba que ya no es considerado como hermano. Esta tensión podría ser definida por el apóstol como: "mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano". (ver. 15).
La disciplina redentora es una actividad espiritual. El ingrediente esencial para mantener el equilibrio entre "apartarse-no juntarse" y "no tratar como enemigo" es el amor. La congregación o la persona que ha disfrutado del amor de Dios en su vida y conoce por experiencia los resultados de la gracia divina podrá, bajo la influencia del Espíritu Santo "amonestar como a hermano" y restaurar con amor.