¿Qué responsabilidad tenemos los cristianos?

02 marzo, 2013

El problema

En el relato del Génesis se dice que cuando Dios creó este mundo toda la creación fue puesta a disposición de la humanidad (Gn 1:26, 28).  Es evidente que Dios le dio a los habitantes de este mundo dominio y potestad sobre toda la naturaleza.  El mundo de entonces era "bueno en gran manera" (Gn 1:31).  Sin embargo, nadie desconoce el hecho de que hoy nuestro mundo está enfrentando una crisis ecológica de dimensiones cataclísmicas, y que la Iglesia cristiana aparentemente es indiferente ante esta situación. 1 Nótese como lo señala Ray Galvin:

El futuro está bajo una terrible amenaza, no solamente para las especies individuales y ecosistemas, sino también toda la biosfera y por lo tanto toda la humanidad.  Ciertamente la gente ya está sufriendo y muriendo en gran número como resultado del colapso de ecosistemas en varias partes del planeta. . . .  ¿Y dónde está la Iglesia? 2

La acusación

En 1967 la revista Science publicó un artículo titulado "Las Raíces Históricas de Nuestra Crisis Actual". 3  En él, el historiador y catedrático Lynn White Jr. hace responsable a los cristianos de la crisis ecológica actual.  La iglesia, dice él, ha profanado la naturaleza.  Ha enseñado que la naturaleza es sólo materia, y que únicamente Dios es sagrado y digno de adoración.  La iglesia, dice White, también ha enseñado que los seres humanos fueron destinados por Dios para gobernar sobre la tierra.  La humanidad fue creada como la más elevada de las especies, a imagen de Dios.  Por lo tanto, todas las otras criaturas fueron creadas inferiores y pueden ser manejadas, manipuladas, y aún abusadas para beneficio y placer de los seres humanos.  Afirma que la ciencia y la tecnología occidentales se desarrollaron en el ambiente del dogma judeocristiano, de que es la voluntad de Dios que el hombre explote la naturaleza para sus propios fines. 4

De acuerdo a Ray Galvin, 5 las acusaciones de White han sido desde entonces criticadas y

refutadas por diversos autores.  El ensayo de White ha sido reimpreso y publicado muchas veces y es considerado como el evangelio sobre la contaminación ambiental entre los que culpan a la tradición judeocristiana de la crisis ecológica actual. 6

El debate continuará mientras dure la vida.  Las implicaciones éticas son discutidas a menudo.  Por ejemplo, Charles Krauthammer argumenta que hay que preocuparse por la naturaleza solamente para beneficio del hombre, 7 miemtras S. H. Sohmer dice que al salvar la naturaleza se salva la vida del hombre. 8  El foco del debate sigue siendo si el hombre tiene realmente el derecho de servirse de la naturaleza de manera indiscriminada.

                En 1989, un artículo publicado por  la revista Time, hace eco de la acusación de Lynn White.  El artículo argumenta que el Dios del Génesis dio al género humano dominio sobre el mundo, interpretando tal declaración como una invitación al hombre para usar los recursos de la naturaleza a su conveniencia.  Esta filosofía preparó así el camino para el desarrollo de la

tecnología y las semillas de la explotación insensible de la naturaleza. 9  Autores como James Nash, Sean McDonagh,1 0 John Hall1 1 y Paul Santmire1 2presentan una perspectiva más amplia mediante un análisis de los hechos a la luz de la realidad actual y de la teología bíblica.  Estos autores señalan que el problema ecológico es muy complejo.  No sólo se trata de contaminación ambiental, la explotación de los recursos naturales, el deterioro de la capa del ozono y cambios climáticos.  También se trata de la superpoblación mundial, la mala distribución de la riqueza, la desaparición de los bosques tropicales, la deuda externa de los países tercermundistas y el déficit de recursos alimenticios.  Por supuesto, existen otros factores que aquí sería muy extenso de tratar.  Estos autores reconocen que ciertamente la teología del Génesis es antropocéntrica, y que Dios como creador está sobre la naturaleza.  Pero este hecho no hace necesariamente culpable sólo a la religión cristiana de las condiciones actuales del mundo.  En todo caso, como cristianos haríamos bien en notar que la crisis ecológica es responsabilidad de una humanidad pecaminosa.  Ciertamente ninguno de los desastres ecológicos actuales es necesario; son el resultado directo de la codicia, el egoísmo y la arrogancia de la humanidad.1 3

La perspectiva bíblica

            La Biblia es la única fuente que responde a las preguntas básicas del género humano: ¿De dónde vengo? ¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? ¿Cuáles son las fronteras de mi existencia?  Génesis 1 al 11 da la respuesta a cada una de estas interrogantes.  Claramente señala a Dios como el creador del mundo, explica las causas del actual desorden en la creación y las consecuencias de tal desorden.  Además señala a Dios no sólo como creador sino como juez y como redentor de toda su creación.1 4

            Según la perspectiva bíblica este mundo y todo lo que contiene fue creado por Dios y es sostenido y cuidado por él (Col. 1:16-17).  No sólo esto, Dios hizo al mundo y al hombre con un propósito bien definido.  Según Gousmett,

Los seres humanos fueron creados con dos propósitos: primero, tener compañerismo con Dios y ofrecer una respuesta amante hacia su bondad mostrada hacia nosotros; y segundo, cuidar del mundo que él ha hecho a fin de explorar y descubrir sus riquezas, administrándolas y desarrollándolas para beneficio de otros.  Estos dos propósitos del acto creador de Dios no están separados.1 5

Este mundo le fue confiado a la pareja edénica para que lo cuidara y cultivara,  para que fueran sus guardianes y mayordomos (Gn. 2:15).  El pecado distorsionó todo el plan de Dios, desarrolló la corrupción y el abuso con que hemos tratado a la tierra y a sus criaturas.  La Biblia claramente dice que Dios cuida de los seres de la naturaleza, (Mt. 6:25; Lc. 12:22-24), y en la antigüedad  indicó a su pueblo que tratara con bondad a los "animales inferiores que no pueden expresar con palabras sus necesidades y sufrimientos".1 6   Elena de White afirma: "En esencia, Dios creó a los seres humanos y a los animales en lo que se podría llamar una relación ‘simbiótica', denecesidad mutua, en la que cada uno tenía su papel que desempeñar en la jerarquía creada por Dios".1 7

La expresión "imagen de Dios" nos dice que los seres humanos somos representantes de Dios en este mundo.  Este mundo le fue confiado al hombre no para que lo usara a su capricho.  Dios demanda de nosotros una fiel mayordomía de nuestro habitat, antes de entregar un cielo nuevo y una nueva tierra a los redimidos (Ap. 21:4), él destruirá a los que destruyen la tierra (Ap. 11:18).  El hecho de que Dios nos permita usar los recursos de la tierra no nos da derecho a abusar de ellos.  Es importante que como cristianos, en la satisfacción de nuestras necesidades mediante los recursos de este planeta, lo hagamos en forma responsable, encontrando alternativas que nos permitan no destruir al resto de la creación, y así evitar su explotación irresponsable.  Este mismo principio se aplica también en el caso del abuso y  la explotación humana en cualquiera de sus formas.1 8  Dios nos hace responsables de todo lo que nos ha confiado.

Conclusión

La situación ecológica del planeta tierra está en crisis.  Hay quienes están culpando a la tradición judeocristiana como responsable por la explotación brutal de los recursos naturales.  Otros discrepan y hacen  notar el impacto de una variedad de factores que van más allá de los conceptos teológicos.  Se debe reconocer, sin embargo, que una mayordomía cristiana ecológica hace responsable a cada creyente por la conservación del planeta y todos sus recursos, pues es un legado de Dios. El cuidado del agua, los bosques, el uso del automovil, el manejo de la basura, el ruido, los residuos contaminantes como las pilas y aparatos de la tecnología moderna deben ser incluidos en la lista de una mayordomía responsable para los cristianos y para la iglesia en general. Por cierto, es bueno que como Adventistas del Séptimo día, vivamos de acuerdo a lo que como cuerpo eclesiástico hemos declarado ante el mundo respecto de la ecología. [i]

REFERENCIAS.


1 Ray Galvin, "The Theological Challenge of the Ecological Crisis", CBRF Journal 124  (March 1991): 5.

2 Ibid.

3 Lynn White, Jr., "The Historical Roots of our Ecological Crisis", Science 155, (1967): 1203-1207.

4 Lynn White, Jr., 1203-1207.

5 Galvin, 5.

6 James A. Nash, Loving Nature; Ecological Integrity and Christian Responsability (Nashville, TN: Abingdon, 1991), 69.

7 Charles Krauthammer, "Saving Nature, But Only for Man", Time, Junio 17, 1991, 82.

8 S. H. Sohmer, "Saving Man Through Saving Nature", Bioscience 41, (November 1991): 666.

9 Thomas A. Sancton, "What on Earth Are We Doing?" Time,  2, 1989, 29-30.

10 Sean McDonagh, The Greening of the Church (Maryknoll, NY: Orbis, 1990), 9-74.

11 Douglas John Hall, Imaging God: Dominion as Stewardship (Grand Rapids: Eerdmans, 1986); idem, To Care for the Earth:  A Call to a New Theology (London: Geoffrey Chapman, 1986).

12 H. Paul Santmire, The Travail of Nature (Philadelphia: Fortress, 1985).

13 Galvin, 5.

14 Mary E. Mills, Images of God in the Old Testament (Collegeville, MN: Liturgical, 1998), 9-15.

15 Chris Gousmett, "A Covenantal Perspective on the Earth and its Human Management", CBRF Journal 124 (marzo 1991): 9.

16 White, El Deseado de todas las gentes, 462.

17 Randal Younker, "La creación de Dios", Guía de estudio de la Biblia para la escuela sabática(México, D.F.: Agencia de Publicaciones México Central A.C., julio-septiembre 1999), 56.

18 Richard Rice, The Reign of God (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1985), 112.

[i] General Conference of Seventh-day Adventists Executive Committee at the Annual Council session in Silver Spring, Maryland, October 12, 1992.

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