“Cordel de tres hilos no se rompe fácilmente”

Juan José Andrade

sábado 10 de agosto, 2013

El título de este artículo ha sido tomado de Eclesiastés 4: 12.  En este pasaje, la Biblia refiere las palabras del sabio Salomón que para ilustrar la fuerza y el poder de la unidad utiliza la figura del cordel de tres hilos.  El contexto más amplio al texto citado dice así:

 

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡hay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán ; y cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente”  (Ecle. 4:12).

 

Esta es una gran verdad, tanto en el mundo natural como en el terreno espiritual.

 

Un hilo o cordel delgado puede parecer muy frágil, pero cuando se juntan varios de éstos, tienen una resistencia increíble.  Lo aprendí en mis años infantiles en mis visitas a los barcos en el muelle de Veracruz.  Recuerdo muy bien esas cuerdas en forma de trenza que amarraban los enormes barcos al muelle.

 

La naturaleza confirma también esta verdad. Las lianas o bejucos que son caraterísticas de la selva tropical, son hilos o cuerdas trepadoras que llegan a tener una gran resistencia de modo que pueden llegar a sostener a una o más personas sin romperse (¿Se acuerdan de Tarzán?).

 

Los bejucos pasan desapercibidos por el común de las personas debido a su escaso atractivo. Sin embargo, forman parte de la diversidad biológica que tenemos y cumplen una importante función como fuente de apoyo económico, cultural y hornamental del hombre.  La resistencia del bejuco llega a ser de tal calidad que se usa en la cestería y en la artesanía con una durabilidad increíble ¿Quién no tiene en casa una canasta o cesto de bejuco tejido? ¡Que aguantadores son! ¿verdad?

 

El sabio Salomón observando en la naturaleza este hecho, lo utiliza para resaltar el valor de la unidad.  Por supuesto que en el terreno espiritual su aplicación es más que exacta. Le lección de esta semana nos dice que la unidad es fundamental y esencial para el reavivamiento.

 

Me gustaría plantear una pregunta y esperar sus comentarios: ¿Es el reavivamiento una consecuencia de la unidad de la iglesia? o ¿Es la unidad una consecuencia del reavivamiento? o ¿Pueden ser tanto la una como la otra? ¿Qué opinas?

 

De muchas formas la unidad de la iglesia está siendo amenazada. Desde dentro y desde afuera hay ataques directos en contra de la unidad de la iglesia. A veces sin darnos cuenta el enemigo de Dios y de nuestra iglesia gana terreno en nuestro corazón y nos vemos siendo instrumentos en sus manos en contra del propósito de Dios, expresado por Jesús: “Que todos sean uno” (Jn. 17:21).  Sin embargo esto es un asunto muy delicado; tanto como quizá no imaginamos. Estoy cierto que ninguna persona que atente contra la unidad de la iglesia es dirigido por Dios. Necesitamos estar tan distanciados de Dios para distanciarnos los unos de los otros, ¿Así de grave? pues sí, eso es lo que dice la Biblia.

 

Ninguna persona debería asumir un cargo directivo en la iglesia si no tiene un compromiso expreso con la unidad de la iglesia, porque no se trata solo de no estar en contra de la unidad sino de promoverla directa e intensamente.

 

Retomando la figura del cordel de tres hilos diría que, un verdadero cristiano constituye un poderoso testimonio a favor del evangelio en donde quiera se encuentra, pero cuando hay tres,  y si están unidos, la fuerza y el poder se multiplican grandemente, de tal forma que llegan a constituir un tremendo y poderoso testimonio a favor de la causa de Cristo. En los tiempos de la iglesia primitiva así sucedió. También en la época de los primeros siglos, la unidad de la iglesia era tal, que entre más los perseguían, más fuerza cobraban. Esa fuerza de la iglesia primitiva no estaba simplemente en su voluntad, sino en su unión con Cristo.

 

Nota el siguiente comentario de Elena G. White.

 

El secreto de la unidad familiar—“Lo que causa división y discordia en las familias y en la iglesia es la separación de Cristo. Acercarse a Cristo es acercarse unos a otros. El secreto de la verdadera unidad en la iglesia y en la familia no estriba en la diplomacia ni en la administración, ni en un esfuerzo sobrehumano para vencer las dificultades—aunque habrá que hacer mucho de esto—sino en la unión con Cristo”. (El Hogar Cristiano, 158).

 

Querido amigo (a), pongamos todo nuestro corazón en las manos de Cristo y seamos instrumentos y promotores de la unidad para gloria del cielo. “Cordel de tres hilos, no se rompe fácilmente”.