Mi Amigo el Espíritu Santo

sábado 12 de julio, 2014

"Y si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" Lc. 11:13

Los amigos durante el trayecto de la vida son muy importantes. Su compañía e influencia crean en nosotros motivos de acción para bien o para mal ¿Cuántos amigos verdaderos recuerdas? La realidad es que los podemos contar con los dedos de una mano. No todas las personas que encontramos al paso de la vida son amigos verdaderos.

Un buen amigo, es aquel que nos acepta como somos, confiamos en él, nos escucha, nos comprende, nos ánima, nos consuela y nos agrada su compañía. Un amigo verdadero siempre nos hablará con la verdad aun cuando ésta sea dolorosa; un buen amigo, siempre buscará nuestro desarrollo personal. Bien podemos decir entonces que, un buen amigo, es uno de los mayores regalos de la vida.

Sin embargo; hemos de comprender que todo amigo terrenal tiene sus limitantes ¿Podrá haber un amigo infalible, verdadero, que no se equivoque, y que pueda ayudarnos en todas nuestras necesidades? ¿Habrá un amigo que mitigue el dolor interno del corazón cuando perdemos  un ser amado, que nos consuele en el momento de la tristeza, que traiga paz en medio de la angustia, que nos de fe cuando la enfermedad nos agobia, o que nos fortalezca cuando la muerte se asoma a la puerta? ¿Habrá algún amigo capaz de discernir los sentimientos, anhelos  y pensamientos más profundos del corazón?

Jesucristo, el Salvador de los pecadores, el Amigo de los que no tienen amigo, con una compasión infinitamente mayor de la que tiene una madre tierna por un hijo amado y afligido,[1] introduce  a la humanidad a un amigo igual que él. "y yo rogaré al Padre, y os dará otro (gr. allos = de la misma clase que el que lo recomienda)[2] Ayudador (Parakletos = llamado al lado de uno, en ayuda de uno, el que aboga por la causa de otro)[3], para que esté con vosotros para siempre, "al Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve, ni lo conoce.  Pero vosotros lo conocéis, porque está con vosotros, y estará en vosotros. Jn. 14:16-17.

 

El Espíritu Santo, prometido por Jesús,  es miembro de la familia divina, es uno con el Padre y con el Hijo. La Triada Divina siempre ha estado unida en beneficio de su creación. El Espíritu Santo siempre ha estado en acción desde las edades eternas

1.      En la creación de todo lo existente (Gn.1:1-2)

2.      En la creación de la humanidad (Gn. 1:26)

3.      En las decisiones disciplinarias difíciles (Gn. 3:23)

4.      En la convicción de pecado, de justicia y de juicio (Gn. 6:3, Jn. 16:8-11)

5.      En la diversificación del lenguaje para la propagación del evangelio (Gn. 11:6-8; Hech. 2:4)

6.      En la producción del fruto espiritual (Gal. 5:22-23)

7.      En la distribución de los dones espirituales (Ro. 12:6-7; 1 Cor. 12:1-11); etc.

La acción del Espíritu Santo es plurifuncional, pero mejor que esto, es personal e individual. Por lo tanto, el don del Espíritu Santo es la mayor dadiva que el ser humano puede recibir. Todas las "buenas dádivas" quedan abarcadas en ésta.[4]

"El Espíritu Santo es el aliento de la vida espiritual en el alma.  El impartimiento del Espíritu es el impartimiento de la vida de Cristo.  Imbuye al que lo recibe con los atributos de Cristo."[5]

David comprendía muy bien la necesidad de la amistad Espíritu Santo, así que suplicante exclamó: Oh Dios, crea en mí un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de tu presencia, y no retires de mí tu Santo Espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación, y sostenme con un espíritu dispuesto. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti. Sal. 51:10-13.

David en su vida entendió dos cosas:

1)  Que sin la amistad del Espíritu Santo se sentía:

·         Apartado de la Presencia de Dios

·         Con tendencia a hacer lo incorrecto

·         Perdido y sin gozo

·         Sin disposición de servicio

·         Egoísta

·         Vacío

2) Que la amistad del Espíritu Santo producía en su vida:

·         Un corazón limpio

·         Tendencia a hacer lo correcto

·         Gozo de salvación

·         Disposición de servicio

·         Espíritu misionero

·         Éxito en la ganancia de almas

Solo la amistad del Espíritu Santo puede llenar todos los anhelos del alma.

¡Señor, danos tu Espíritu Santo!