VISIÓN Y COMPASIÓN PASTORAL

Agustín Andrade

sábado 19 de septiembre, 2015

            La experiencia del apóstol Pablo es muy significativa por el pensamiento y defensa que hace de las doctrinas Cristo céntricas tanto en Gálatas como en Romanos.  Pero también es digno reconocer y destacar la practicidad del carácter de su ministerio en las iglesias que, con empeño y gran esfuerzo estableció en sus viajes misioneros, con una visión clara de llegar y llevar alivio y esperanza a tantas personas y lugares como fuera posible, a través de una compasión que trascendía por encima de las enseñanzas y prácticas de los judaizantes que iban de iglesia en iglesia queriendo perfeccionar el mensaje de fe y salvación en Jesús, que Pablo enseñaba por inspiración divina. 

Pero Pablo siendo llamado para desarrollar y vivir esta vocación pastoral, dada por Dios, bien pudo haberse inspirado en el pastor de los pastores, Cristo Jesús, ya que con determinación y celo santo les recordaba a sus miembros a quien pertenecían, y la santidad del carácter que debían mantener y preservar como imitadores de él, en cuanto a fe y práctica religiosa.

Ahora, quiero que veamos la dimensión de la palabra Pastor, en el contexto de esta experiencia de Pablo en Galacia, y como ésta se incorpora a nuestra cotidianeidad. Primero, ¿cuál es el significado de esta palabra?, la palabra original es POIMEN, que es en el singular y significa: Apacentador, Guía de ovejas, Uno que cuida, Uno que dirige, Uno que atiende, Uno que alimenta y Uno que protege, y siempre se refiere a Dios, a Jehová, a Cristo; nunca a hombre alguno.

Pero la palabra pastores, en plural (POIMANES), allí sí se relaciona con los líderes de la iglesia primitiva, sean apóstoles, profetas, evangelistas y maestros.

Aprendamos, entonces, que dice la Biblia acerca de los pastores:  

El Buen Pastor es un Hombre de Dios. (San Juan 10:2-4).

Entró por la puerta (v. 2) la cual es Cristo. (v. 7).

El libro Deseado de Todas las Gentes declara que se han presentado

muchos otros objetos de fe en el mundo; se han ideado ceremonias y sistemas por los cuales los hombres esperan recibir justificación y paz para con Dios, y hallar así entrada en su redil.  Pero la única puerta es Cristo, y todos los que han interpuesto alguna otra cosa para que ocupe el lugar de Cristo, todos los que han procurado entrar en el redil de alguna otra manera, son ladrones y robadores (White, 1966).

El Buen Pastor se Entrega a sus Ovejas. (Juan 2:11).

Todos sabemos que Cristo por amor a los pecadores entregó su vida en la cruz del Calvario. De la misma manera, el buen pastor es capaz de entregar su vida por sus ovejas.

El libro Obreros Evangélicos menciona que hay una sola condición para el discipulado y servicio, y lo presenta en la pregunta que Jesús le hizo a Pedro, "¿Me amas?".  Esta es la calificación esencial.  Sin el amor de Cristo no podía ser un fiel pastor de la grey del Señor.  El saber, la benevolencia, la elocuencia, la gratitud y el celo son de ayuda en la buena obra; pero sin el amor de Jesús en el corazón, la obra del ministro cristiano resultará en fracaso (White, 1974).

1 Juan 3:16En esto conocemos el amor: en que El puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

El Buen Pastor Conoce el Estado de sus Ovejas. (10:14)

Las conoce tanto que las llama por su nombre. (v. 3). ¿Cómo es que un pastor conoce a sus ovejas por nombre? Muy simple, porque su vida se unifica con la de sus ovejas.  Dios dice "Te puse nombre, mío eres tu".

            Los pastores orientales no arrean sus ovejas.  No se valen de la fuerza o del miedo, sino que van delante y las llaman.  Él va delante de sus ovejas y es el primero que hace frente a los peligros del camino, así hace Jesús con su pueblo (White, 1966).

El Buen Pastor Busca las Ovejas Perdidas. (10:16).

Cuando leemos el libro del profeta Ezequiel vemos el duro reclamo y condena que Dios hace contra los pastores del pueblo de Israel. Dichos pastores no estaban interesados en el bienestar de las ovejas, sino sólo de sus intereses personales.

            Por lo tanto, ¡con qué compasión, pena y perseverancia, debe el subpastor buscar a las ovejas perdidas! ¡cuán voluntariamente debe soportar renunciaciones, penurias y privaciones!.  Se necesitan pastores que, bajo la dirección del Príncipe de los pastores, busquen a los perdidos y extraviados.  Esto significa soportar molestias físicas y sacrificar la comodidad.  Significa tener un oído que pueda escuchar son simpatía lamentables relatos de yerros, degradación, desesperación y miseria (White, 1974).

Isaías 40:11Como pastor apacentará su rebaño, en su brazo recogerá los corderos, y en su seno los llevará; guiará con cuidado a las recién paridas.           Apocalipsis 7:17pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.

Los Corintios tenían problemas dentro de la iglesia—problemas que ellos mismos habían causado. Los Gálatas tenían problemas causados por intrusos, aún por falsos maestros que los estaban perturbando, enseñándoles grandes errores (Gálatas 1:6-7; 5:10). Nada es más dañino que las falsas enseñanzas.  

Los creyentes de Galacia mostraron al principio una gran satisfacción a causa del evangelio; y durante un tiempo habían vivido su fe cristiana con la misma alegría y confianza con que también habían acogido la presencia del apóstol. Pero, no mucho después, pareció enfriarse aquel primer gozo y fervor, lo que coincidió con la aparición entre ellos de serios problemas doctrinales.  

Los falsos pastores para poder agregar su última novedad tuvieron que desacreditar a Pablo y su apostolado.  Era cuestión de alienar a Pablo y de tomar posesión de esos creyentes jóvenes y sinceros.  No ha cambiado mucho la misma estrategia del enemigo hoy día.  Pero agregar algo a Cristo por bueno que aparezca no es nada más que deshacer lo hecho por Cristo de una vez en la Cruz. A lo perfecto no se puede agregar ni sugerir nada nunca jamás.  Esto era el punto clave de la Epístola a los Gálatas. Pablo lo confronta enérgicamente basando todo en la obra consumada de Cristo de una vez en la Cruz y aplicada al corazón por el Espíritu Santo.  Y no olvidemos, como dice Pedro en su epístola Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria. 1 Pedro 5:4