No os dejéis mover fácilmente

Daniel Hernández

domingo 27 de septiembre, 2015

El tema general de la Escritura es el desarrollo de la gran controversia entre Cristo y Satanás; entre el bien y el mal.  La lección de esta semana nos acerca de manera especial a este tema al hacer mención del "hombre de pecado", "el hijo de perdición", con una alusión no muy específica a los tiempos proféticos.  Obviamente se alude aquí a Satanás, y se describe su obra tendiente a desafiar la autoridad divina, a usurpar los atributos de Cristo y a combatir continuamente contra el bien.

Este tipo de estudios relacionados con los eventos finales, ha sido  un motivo  recurrente de agitación dentro del pueblo de Dios.  Ocurrió en Tesalónica, y ha sucedido una y otra vez en diferentes momentos de la historia de la iglesia, especialmente durante los siglos 19, 20y principios del 21."Satanás es un obrero astuto, e introducirá engaños sutiles a fin de oscurecer y confundir la mente y desarraigar las doctrinas de la salvación. Aquellos que no acepten la Palabra de Dios literalmente, caerán en esa trampa"(E. White, RM pág.47)

San Pablo era un celoso defensor las iglesias que había fundado.  Varias de sus cartas están orientadas a advertir fuertemente a los feligreses contra los engaños lanzados por el enemigo para confundirlos.  El caso de Tesalónica fue especial.  El equivocado entendimiento de la primera carta de Pablo a esa iglesia, propició el envío de una segunda epístola de parte del apóstol para clarificar las enseñanzas que se habían entendido mal.¿Cómo ocurrió tal confusión?  La siguiente cita podría explicar en parte la cuestión.  Satanás, al mismo tiempo, trae a ella (a la iglesia), personas que no están convertidas. Mientras Cristo siembra la buena simiente, Satanás siembra la cizaña. Hay dos influencias opuestas que se ejercen constantemente sobre los miembros de la iglesia. Una de ellas obra para la purificación de la iglesia, y la otra para la corrupción del pueblo de Dios. (E. White, IR pág. 65)

Uno de los errores más comunes que se observan en los miembros de  iglesias cristianas de la actualidad, es creer ciegamente en la palabra de sus líderes, o de otros predicadores itinerantes y elocuentes, sin verificar que lo que escuchan esté escrito en la Biblia.  Por esta razón, cuando una supuesta "nueva luz" y/o un nuevo énfasis aparecen, generalmente son aceptados por un sector de la iglesia. "Puede ser más fácil que los miembros acepten un rumor, que examinar las Escrituras por sí mismo" (Sección del domingo 16 de septiembre).Los tesaloicensespadecieron este problema.  El tema que los confundió fue el que aun confunde a muchos hoy: la segunda venida.  Establecer fechas, enfatizar la urgencia de manera desproporcionada, desarrollar una filosofía equivocada de la vida basándose en la cercanía del retorno de Cristo, etc. Son algunos de los errores más comunes.No siempre se trata de una nueva doctrina; muchas veces es simplemente un enfoque desequilibrado de una enseñanza bíblica, un énfasis desmedido de algún punto importante, etc. Pero casi siempre con un común denominador: una motivación no santificada por parte de su portador.  El consejo del apóstol fue: "no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os alarméis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta supuestamente nuestra…" (2 Tes. 2:2  NVR 2000)

Actualmente nuestra iglesia enfrenta problemas similares.  A pesar de la claridad de la palabra de Dios respecto a lo inútil que resulta calcular la fecha de la segunda venida, siguen apareciendo personajes que aseguran tener una "iluminación especial".  Cuando se les permite enseñar a la iglesia, lo que ocurre es que alborotan a los hermanos, dividen iglesias, crean falsas expectativas, provocan alarma, y al final lo único que resulta es desilusión, desánimo y confusión entre la hermandad.  Es necesario escuchar atentamente el consejo del apóstol y no movernos fácilmente de nuestra manera de pensar, siempre que esa manera de pensar tenga sólido fundamento en la Escritura.  Que nuestro lema sea siempre: "Nadie os engañe en ninguna manera…" (2 Tes. 2:3  NVR 2000)

 

PTR. DANIEL HERNANDEZ VITAL

CAPELLANÍA FACSA