Guía práctica para testificar a través de los Salmos
Therlow Harper González
En las relaciones con tus amigos, puedes encontrarte con dos situaciones específicas en las que podrías brindar alguna ayuda: [1] Situaciones súbitas, inesperadas o repentinas. [2] Situaciones conocidas de antemano, premeditadas o planeadas.
Si te ves involucrado en la primera de ellas, no tendrás tiempo de preparar nada. Será tu palabra en ese mismo instante o no será nada. Tendrás que recurrir a la memoria. Podrás compartir solo lo que tengas registrado en la mente. Para enriquecer tus conocimientos y darle vocabulario al Espíritu Santo que hablará por tu medio en ese momento, te sugiero que memorices intencionalmente algunas porciones de los salmos, a fin de poder usar sus palabras para brindar consuelo, consejo u orientación. A continuación te sugiero algunos salmos de los que puedes escoger versículos, conociendo las situaciones por las que suelen pasar tus amigos o conocidos.
Temor nocturno: | Salmo 4:8 |
Temor en general (crisis, peligros, enemigos) | Salmo 27,46, 56 |
Angustia y ansiedad | Salmo 20, |
Desaliento, escasez, estrés, peligro | Salmo 23, |
Prosperidad de los malignos e inicuos. | Salmo 37,73 |
Momentos críticos | Salmo 118, 121 |
Separación de lazos familiares. Traición de amigos. | Salmo 27:10-14 |
Soledad, abandono | Salmo 121 |
Rechazo por no aceptar malas proposiciones | Salmo 1 |
Necesidad de respuesta | Salmo 4, 20 |
Abatimiento y turbación | Salmo 42 |
Culpa y confesión | Salmo 51, 32 |
Confianza y liberación | Salmo 18, |
Enfermedad y dolor | Salmo 32, 41 |
Tentación | Salmo 1 |
Felicidad y gratitud | Salmo 84, |
Presencia de Dios en mi vida | Salmo 139 |
Autoexamen | Salmo 139:23-24 |
Protección y liberación | Salmo 91 |
Cuando el mundo parece más grande que Dios. | Salmo 90 |
Oraciones egoístas | Salmo 67 |
En el segundo tipo de situaciones donde hay algo más de tiempo, si el amigo es creyente, podrías buscar de estos mismos salmos alguna versión que fortalezca aquellas expresiones que servirán para darle aliento y ánimo para salir airoso de la crisis y pedirle que los lea terminando con una oración de fe.
Si el amigo no es creyente, será difícil usar la Biblia, pero una vida cristiana consecuente de paz y seguridad ante la crisis podría impresionarlo y predisponerlo a preguntar cuál es la fuente de tu seguridad. Esa sería la oportunidad de testificar acerca del Dios que conoces, amas y obedeces.