Guía práctica para testificar a través de los Salmos

Therlow Harper González

sábado 6 de agosto, 2011

En las relaciones con tus amigos, puedes encontrarte con dos situaciones específicas en las que podrías brindar alguna ayuda: [1] Situaciones súbitas, inesperadas o repentinas. [2] Situaciones conocidas de antemano, premeditadas o planeadas.

Si te ves involucrado en la primera de ellas, no tendrás tiempo de preparar nada. Será tu palabra en ese mismo instante o no será nada. Tendrás que recurrir a la memoria. Podrás compartir solo lo que tengas registrado en la mente. Para enriquecer tus conocimientos y darle vocabulario al Espíritu Santo que hablará por tu medio en ese momento, te sugiero que memorices intencionalmente algunas porciones de los salmos, a fin de poder usar sus palabras para brindar consuelo, consejo u orientación. A continuación te sugiero algunos salmos de los que puedes escoger versículos, conociendo las situaciones por las que suelen pasar tus amigos o conocidos.

Temor nocturno: Salmo 4:8
Temor en general (crisis, peligros, enemigos) Salmo 27,46, 56
Angustia y ansiedad                    Salmo 20,
Desaliento, escasez, estrés, peligro            Salmo 23,
Prosperidad de los malignos e inicuos.  Salmo 37,73
Momentos críticos                    Salmo 118, 121
Separación de lazos familiares. Traición de amigos.   Salmo 27:10-14
Soledad, abandono                    Salmo 121
Rechazo por no aceptar malas proposiciones        Salmo 1
Necesidad de respuesta                    Salmo 4, 20
Abatimiento y turbación                    Salmo 42
Culpa y confesión                    Salmo 51, 32
Confianza y liberación                    Salmo 18,
Enfermedad y dolor                    Salmo 32, 41
Tentación                        Salmo 1
Felicidad y gratitud                    Salmo 84,
Presencia de Dios en mi vida                Salmo 139
Autoexamen                        Salmo 139:23-24
Protección y liberación                    Salmo 91
Cuando el mundo parece más grande que Dios.        Salmo 90
Oraciones egoístas                    Salmo 67

   


En el segundo tipo de situaciones donde hay algo más de tiempo, si el amigo es creyente, podrías buscar de estos mismos salmos alguna versión que fortalezca aquellas expresiones que servirán para darle aliento y ánimo para salir airoso de la crisis y pedirle que los lea terminando con una oración de fe.

Si el amigo no es creyente, será difícil usar la Biblia, pero una vida cristiana consecuente de paz y seguridad ante la crisis podría impresionarlo y predisponerlo a preguntar cuál es la fuente de tu seguridad. Esa sería la oportunidad de testificar acerca del Dios que conoces, amas y obedeces.