Conservar las relaciones

Dina Rocío Carpintero

sábado 7 de julio, 2012

"Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren el uno levantará a su compañero; pero hay del solo cuando cayere, no habrá segundo que lo levante" (Ecle. 4:9,10)

 

Se conocieron en el colegio. Rogelio, era aplicado, trabajador, estudioso, dedicado a los asuntos espirituales. Merardo, era el típico rebelde, retador, desafiante, el "mayor" problema del colegio. Al principio Rogelio trató de evitarlo y creó su círculo de amistades; pero se dio cuenta que a Merardo le hubiera gustado formar parte del mismo. Al terminar el curso escolar ambos estudiantes quedaron en la institución a trabajar. Ahí comenzó una amistad real. Fueron asignados al mismo departamento de trabajo y terminaron ubicados en el mismo cuarto del dormitorio. Rogelio comenzó a conocer la complicada historia de Merardo y decidió que sería un amigo ayudador, apoyador y trataría que los demás compañeros también lo fueran.

El siguiente curso escolar, Rogelio hizo todo lo posible para ayudar a Merardo a mejorar. Hablaba y oraba con él, y en la soledad del cuarto doblaba sus rodillas pidiendo a Dios que el corazón de Merardo fuera sensible al llamado. Un viernes de noche ante el llamado del pastor, pasó al frente y dio un corto testimonio. Rogelio estaba lleno de felicidad.

Ese mismo viernes de noche Merardo se escapó del colegio y regresó al dormitorio en la madrugada. Al sentirlo llegar, Rogelio se despertó y trató de decir algo, pero Merardo comenzó a contar paso a paso y con cierta "satisfacción" todo lo malo que había hecho esa noche.

Rogelio, ya cansado, solicitó al preceptor cambiarse de cuarto, no podía aguantar más, Merardo había fracasado, los malos hábitos que tenía eran imposibles de erradicar. –"Estoy harto- le dijo Rogelio-he sido tu amigo, y he hecho todo lo posible para ayudarte. He orado por ti cada día, pero no has mejorado. No creo poder hacer algo más por ti".

Una semana después, Merardo entró a la habitación de Rogelio y le expresó: -"Me voy del colegio. Me he enlistadoen la marina, pero quiero dejarte un recuerdo. Cortéesta moneda en dos, te doy la mitad y guardo la otra; será como recuerdo el uno del otro, hasta que nos volvamos a encontrar".Se dio la vuelta y se retiró. Un día después se había ido del colegio.

A finalesde 1941, Rogelio recibió una carta de Hawai. Era de Merardo, estabaa bordo del destructor norteamericano "Shaw". La nota era corta, pero elcontenido impresionó a Rogelio. Decía: "Me alegra saber que te agrada el colegio, ojalá yo hubiera perseverado, pero posiblemente no tenía pasta para eso. Nunca me olvidaré de la ocasión en que me dijiste que habías estado orando por mipero que no me había beneficiado, y que no podías hacer nada más por mí. ¿Sabes Rogelio quetal vezuna oración más podría haberlo logrado?"

Díasdespués,el 7 de diciembre, vino el ataque sobre Peral Harbor. En las noticias delos diarios, Rogelio leyó:"Tres mil oficiales y hombres muertos, tres destructores perdidos". "Entre los barcos que se perdieron estaba el Shaw." Rogelio quedó aturdido, muchosrecuerdos vinieron asu mente, buscó la mitad de lamoneda que Merardo le había dado. Mientras la veíarecordó lo que le había dicho: "Hasta que nos volvamos a encontrar", pero más aún la frase "una oración más podría haberlo logrado."

Mientras estudias en la semana trata de pensar en lo siguiente:

1.       ¿Cómo has actuado con aquellos que están a tu alrededor que necesitan conocer del amor de Dios para hallar paz para su alma, pero no te dan la oportunidad de enseñarlos?

2.        Trae una lista de ideas para fortalecer las relaciones con personas que han sido muy cercanas a ti, pero ahora por alguna razón están alejadas. ¿Cómo mantener comunicación para motivarse a mantenerse fieles a Dios?