"Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores" (Génesis 37:3).

"La túnica de tu hijo"

jueves 21 de abril, 2011

"Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo o no" (Génesis 37:31,32).

¿Cómo pudieron ellos, los hijos de un padre amante, caer tan bajo como para darle al padre el manto que él le había dado a su hijo, ahora manchado con sangre, y pedirle que lo identificara? Tal vez, incluso un día antes de cometer este crimen, esto ni habría entrado en sus mentes. Pero, una vez que se comienza el camino del pecado, ¿quién sabe adónde llevará?

Lee Génesis 37:26 al 36. ¿Qué revela el lenguaje que los hermanos usaron ante el padre?

Nota que los hermanos no se referían a la "túnica de nuestro hermano", sino a la "túnica de tu hijo". La frialdad de ellos es asombrosa. Tal vez, era un mecanismo de defensa inconsciente para ellos, una manera de limitar, en sus propias mentes, el mal que habían cometido.

Así, el manto tuvo un lugar tanto en el comienzo como en el fin. Ese símbolo de la relación entre Jacob y José ahora estaba cubierto de sangre; un símbolo de la "muerte" de José y de toda la animosidad de ellos contra él. Sin duda, este acto "resolvió" un problema, pero solo generó una cantidad de otros. Seguramente los hermanos debieron haber sentido pena por el dolor de su padre. Seguramente, viendo lamentarse a Jacob cada día, estos hombres debieron haber luchado con la culpa y el remordimiento.

Lee Génesis 42:13,21 al 23 y 32; y Génesis 44:28. ¿Qué nos indican estos versículos acerca del impacto de largo alcance que los actos de los hermanos tuvieron sobre sí mismos y sobre sus familias?

Al fin, el Señor sacó algo bueno del mal que los hermanos habían hecho, pero eso difícilmente justifica lo que ellos realizaron. Por extremas que fueran sus acciones, esta historia debería recordarnos cuán rápidamente los pecados pueden cegarnos y conducirnos a cometer hechos que muy a menudo llevan a la tragedia y el sufrimiento.