"Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala" (Zacarías 3:4)

"Una intercesión eficaz"

jueves 26 mayo, 2011

Hay muchos  cristianos que no han experimentado el manto de la justicia y no comprenden su potencial. Sin embargo, esta experiencia es vital para quien desee tener paz y gozo en su relación con su Señor.

Muy a menudo somos motivados para hacer el bien a fin de que "podamos ser salvos". El mensaje aquí, en Zacarías, debería mostrarnos que no es así como puede operar. Otra vez, Elena de White dice lo siguiente acerca de lo que pasaba en la visión:

"Pero, aunque debemos comprender nuestra condición pecaminosa, debemos fiar en Cristo como nuestra justicia, nuestra santificación y redención. No podemos contestar las acusaciones de Satanás contra nosotros. Cristo solo puede presentar una intercesión eficaz en nuestro favor. Él puede hacer callar al acusador con argumentos que no están basados en nuestros méritos, sino en los suyos" (JT 2:174, 175).

Esa última oración debería quedar grabada en el corazón del pueblo de Dios, una verdad que debemos conocer y experimentar, aprendiendo a depender, momento tras momento, no de nuestras buenas obras, sino solo de los méritos de Cristo. O, para ponerlo en las palabras de David: "Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado" (Salmos 32:1).

Recordando lo que hemos visto en Zacarías 3, lee Efesios 2:8 al 10; Juan 14:15; y Romanos 6:1 al 4. ¿De qué modo estos versículos nos ayudan a comprender todo lo que está involucrado en lo que hemos visto en Zacarías acerca de lo que significa vestir "ropas de gala"?

Ahora que Josué estaba cubierto con la ropa de santidad, su vida debía reflejar esa santidad. Debemos ejercer todo el poder dado por Dios, que se ofrece al alma, para tener la victoria sobre el pecado. Ningún pecado debería ser tolerado o excusado en nuestras vidas, ya que hay tantas promesas de victoria para aquel que se ha entregado a Cristo. La vida de Cristo demostró que podemos vivir en obediencia a la ley de Dios. Cuando pecamos, estamos eligiendo pecar. Cuán importante es que siempre pensemos seriamente en las implicaciones de nuestra elección.

¿Cuáles son los pecados con los que luchas tú, especialmente? ¿Qué promesas puedes reclamar, que te fueron prometidas por Cristo, a fin de que puedas tener la victoria sobre ellos?

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