“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).
LOS VERDADEROS ADORADORES
"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren" (Juan 4:23).
Después de apartar la mente de la samaritana de los lugares específicos de adoración y de hablarle de la superioridad de la fe judía por sobre la de ella, Jesús le habla a la mujer de "los verdaderos adoradores". En el versículo 21, Jesús dijo que la hora "viene" cuando la gente no adorará ni en ese monte ni en Jerusalén; sin embargo, en el versículo 23 dice que la hora "ahora es", en que todos los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad. Es decir, no miran hacia alguna gloria pasada ni a algún evento futuro. Más bien, "ahora es" el tiempo de dar a Dios la adoración que merece y, por medio de esa experiencia, aceptar el amor, la gracia y la salvación que él ofrece.
Jesús dijo que todos los verdaderos adoradores "adorarán al Padre en espíritu y en verdad". ¿Qué representan esos dos elementos, y cómo aplicaremos esto a nuestra experiencia de adoración actual? Ver también Marcos 7:6-9.
Jesús nos llama, aquí, a una forma equilibrada de adoración: una adoración que fluye del corazón, sincera y profunda, que resulta del amor y el temor a Dios. No hay nada malo con las emociones en la adoración, y ya que debemos amar a Dios (1 Juan 5:2; Marcos 12:30), ¿cómo se puede separar eso de las emociones?
Dios también quiere que lo adoren "en verdad". Dios ha revelado su voluntad, su verdad, su ley: él espera que creamos y obedezcamos. Los verdaderos adoradores amarán a Dios, y procurarán servirlo, obedecerle y hacer lo que es correcto. Pero ¿cómo pueden saber qué es lo correcto sin conocer la verdad acera de la fe, la obediencia, la salvación, etc.? La idea de que las creencias no importan, sino que solo importa un espíritu sincero, está mal dirigida. Las creencias correctas no salvan, pero nos darán una comprensión del carácter de Dios, y eso debería ayudarnos a amarlo y servirlo más todavía.
¿Es tu adoración más espíritu que verdad o más verdad que espíritu? ¿Cómo puedes aprender a incorporar y equilibrar ambos aspectos de la adoración?