"Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros" (Gálatas 5:13).

LAS PELIGROSAS CONSECUENCIAS DEL LEGALISMO (Gálatas 5:2-12)

martes 06 diciembre, 2011

La forma en que Pablo presenta Gálatas 5:2 al 12 indica la importancia de lo que está por decir: "Yo Pablo os digo", "Escuchen bien" (NVI), "Soy yo, Pablo quien os lo dice" (BJ). Por el uso fuerte de las palabras no solo pide la atención completa, sino también evoca su autoridad apostólica. Quiere que comprendan que, si los gentiles se deben circuncidar para ser salvos, entonces los gálatas necesitan reconocer las peligrosas consecuencias de esa decisión.

Lee Gálatas 5:2 al 12. ¿Qué advierte Pablo con respecto al tema de la circuncisión?

El tratar de ganar el favor de Dios sometiéndose a la circuncisión obliga a la persona a guardar toda la Ley. En los versículos 2 y 3, Pablo incluye un interesante juego de palabras. Cristo no los beneficiará (ofelései); más bien, ellos serán obligados (ofeilétes) a vivir de acuerdo con la Ley. No podrán escoger qué preceptos seguir. Es todo o nada.

Segundo, serán "desligados" de Cristo. El tratar de ser justificados por obras implica un rechazo de la forma divina de justificación en Cristo. "No pueden tener ambos. Es imposible recibir a Cristo, reconociendo que no te puedes salvar a ti mismo, y luego recibir la circuncisión y pretender que puedes hacerlo" (John R. W. Stott, The Message of Galatians, p. 133).

La tercera objeción de Pablo a la circuncisión es que estorba el crecimiento espiritual. Su analogía es la de un corredor cuyo progreso hacia la meta ha sido saboteado. La palabra "estorbó" (versiculo 7) se usaba en círculos militares para referirse a "poner un obstáculo en el camino del enemigo, para detener su avance" (CBA 6: 976).

Finalmente, la circuncisión elimina la afrenta de la cruz. ¿Cómo? La circuncisión implica que puedes salvarte a ti mismo, ya que halaga el orgullo humano. El mensaje de la cruz ofende el orgullo humano, al reconocer que dependemos completamente de Cristo.

Pablo está tan indignado con estas personas por su insistencia en la circuncisión que dice que desearía que el cuchillo se deslizara y que se castraran a sí mismos. Son palabras fuertes, pero el tono de Pablo refleja cuán seriamente considera él este problema.

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