"Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna" (Jud. 20, 21)

LA DIVINIDAD DE CRISTO

lunes 2 de enero, 2012

La divinidad del Padre rara vez se discute. Al cuestionar la Trinidad, algunos desafían la divinidad de Cristo. Si Jesús no fuera eterno y plenamente divino, el plan de salvación estaría muy comprometido (ver la sección del jueves).

¿De qué modo Pablo, una vez un estricto fariseo, habla acerca de la divinidad de Cristo? Fil. 2:6.

Para un fariseo cuyo cimiento acerca de la unidad de Dios es el Antiguo Testamento, esta es una afirmación asombrosa, porque revela el compromiso de Pablo con la divinidad de Cristo.

El libro a los Hebreos -escrito a judíos que eran sólidos monoteístas, como Pablo- contiene afirmaciones fuertes que subrayan la divinidad del Hijo de Dios. En Hebreos 1:8 y 9, la naturaleza divina de Cristo está expresada en forma explícita.

Pero, más importante que la revelación de la divinidad de Cristo es la autoconciencia de Jesús. Él no recorría Jerusalén con un coro que proclamaba su divinidad. No obstante, los cuatro evangelios incluyen muchas evidencias que revelan cómo se veía él a sí mismo. Jesús afirmó poseer lo que correspondía solo a Dios: habló de los ángeles de Dios como de sus ángeles (Mat. 13:41); afirmó perdonar pecados (Mar. 2:5-10); y afirmó tener el poder de juzgar al mundo (Mat. 25:31-36). ¿Quién podía hacer esto, apropiadamente, fuera de Dios?

Jesús aceptó la adoración de diversas personas: Mat. 14:33; 28:9; Luc. 24:50-52; Juan 9:35-38. Compara sus acciones con las de Pablo (Hech. 14:8-18). ¿Qué revela acerca de su divinidad el hecho de que Jesús aceptó esta adoración?

Durante su juicio, se lo acusó de pretender ser el Hijo de Dios (Juan 19:7; Mat. 26:63-65). Si Jesús no se consideraba a sí mismo Dios, esta era una oportunidad básica para que él corrigiera ese error. Pero no lo hizo. De hecho, en su juicio ante Caifás, afirmó su propia divinidad bajo juramento. En la Biblia tenemos evidencias muy sólidas de la divinidad de Cristo.

Medita en la vida de Jesús y concéntrate en el hecho de que él era Dios mismo, el Creador del universo. ¿Qué nos dice la Biblia acerca del amor de Dios por el mundo? ¿Por qué deberías obtener mucho consuelo y esperanza de esta verdad asombrosa?